Editorial semanal: La justicia demora, pero llega

El hecho más importante en la WSL de los últimos cinco años que mata por completo lo hecho por aquel mono con ametralladora


La huella de aquel loco llamado Erik Logan se pisoteó toda hoy y se convirtió, o se convertirá en olvido, a partir de hoy.

El tour no tendrá más finales ni corte de mitad de año y será como antes.

Con la gloria de que el campeón se corona en Pipe y para ganar en Pipe hay que jugar en Pipe… O no jugar nada, pero no guardar todo para ganar en Lowers. Una locura que no tendría que haber sucedido jamás.

Es una de las noticias más gratas que da la WSL en los últimos años.

Dijo el CEO de la WSL, Ryan Crosby, que, consultados todos los atletas, el 90% votó porque las cosas vuelvan a ser como antes.

Silenciosamente todos querían que suceda lo que acaba de suceder y no lo vociferaban porque tenían miedo en ese sistema medio macabro que tiene la liga.

Las implicancias no importan tanto. ¿Qué pasa en la etapa 10 y 11? ¿Cómo se reclasifica? Ya lo sabremos.

Lo importante es que no hay más eso de que en un día se determina al campeón del mundo.

Eso siempre estuvo mal y siempre lo estará.

Un tour sólido con 12 etapas será el responsable de coronar al mejor. Lo que tiene todo el sentido del mundo: El mejor en todas las olas y no en un día en cualquier lado.

Menos show y más surfing.

La WSL hoy le da al mundo un respiro de esperanza y el campeón mundial 2026 será el primero desde 2019 que tiene un merecimiento más grande que los que sucedieron desde esa decisión en adelante.

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