La primera entrada de La ola del invierno y el relato del surfer: Nahuel Cardona

“Esa ola la enganché casi al final de la tirada, ya medio a contrarreloj para llegar al laburo. Llevaba como 40 minutos remando contra la corriente para mantenerme en el pico, con los brazos hechos fideos”, cuenta


Cobertura especial presentada por GranolateO'Neill Uruguay y Capi Bar - Foto de portada: Video: @Rodaluy Texto: Nahuel Cardona 

“Ya venía anticipando la tirada unos tres días antes, me pedí libre la mañana en el laburo porque el pronóstico pintaba bueno. Recorrí todo: Me fui hasta Garzón, después volví y me fui hasta la Plage, pero nada me convencía. Terminé de vuelta en Montoya, y cuando vi entrar un tren con dos personas en el agua, me cambié lo más rápido que pude y me tiré.

Había tremenda corriente, había que estar peleándola todo el tiempo para mantenerse en el lugar justo. Me mandé en varias olas con tubazos y drops exigidos, pero no lograba encontrar la salida. También vi a varios amigos pegándose altos cañazos: El Luisma, el Chara y Felipe Baru que estaba bajándose unos bombazos.

Esa ola la enganché casi al final de la tirada, ya medio a contrarreloj para llegar al laburo. Llevaba como 40 minutos remando contra la corriente para mantenerme en el pico, con los brazos hechos fideos, esperando la indicada. Cuando entró dudé si iba a poder bajarla, pero metí todo el remo. Vi que venía rápida, sin tiempo de pensar o acomodarse, así que decidí ir derecho y agarrar el borde en el drop. Por suerte las quillas aguantaron, las sentí a punto de patinarse. Ahí me envolvió una caverna marrón hermosa.

Al principio pensé que estaba demasiado deep, sentí el foamball debajo en la primera sección, pero logré salir adelante y mantener la línea. Cuando salí tenía una mezcla de felicidad y sorpresa de haberlo logrado, tanto que ni me dio el tiempo de festejar. Obvio que después de esa volví por más, porque todos sabemos que cuando decís “una más y me voy” y la pegás, es imposible salir del agua.

Al final llegué 40 minutos tarde al laburo, pero feliz. Agradecido con la sesión, que creo que fue de las mejores de los últimos años: No solo por las olas, sino por la buena onda en el agua, el agite, los amigos y las sonrisas.

 

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