Diario de viaje en El Salvador: ¡A surfear con Jordy!

El primer integrante del CT que cayó bajo nuestros lentes se convirtió en un viejo amigo de nuestras vidas (es mentira, lo amamos pero casi lo odiamos)


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Viniendo de estar unos 10 días sin desayunar o con desayunos caseros (Juani comía banana empapada en mantequilla de maní), llegar a Puro Surf tuvo un extra más de bueno, agregados a todos los detallados en el diario de ayer: Un desayuno propio, del bueno, preparado con cariño para nosotros.

Ansioso por desayunar, el filmmaker (sí, Timothy, el filmmaker), Juani, se fue antes que yo a la comida.

El joven envió mensajes de inmediato, contando que en el comedor también estaba Jordy Smith; el alto sudafricano, eterno top 10, campeón de varios CTs, uno de los mejores surfers de los últimos años.

No le contesté porque estaba terminando mis trabajos; pero víctima de su hiperactiva juventud, me llamó Juani para repetir lo del mensaje de texto: “Está el Jordy acá”, dijo en voz baja y un notoriamente nervioso. Le dije que ya había leído y que ya iba.

Fui, ahí estaba el sudafricano acompañado de su filmmaker. Juani me contó que, igual que yo, se dedicó a hablar con sus hijos por videollamada.

Su majestad, Jordy Smith, fue el primer CT en llegar o al menos el primero que vimos nosotros y ahí comenzaron los nervios de periodista… Claro que queríamos filmarlo surfeando y también queríamos entrevistarlo. Con pocos CTs todavía en la vuelta, no era claro el mapa del día, ¡pero hay que trabajar, muchas cosas están pasando y no queremos perdernos ninguna!

De alguna forma nuestro mejor voto de confianza para conquistar a Jordy vino en la forma de la genial comentarista de la WSL, Shannon Hughes y su marido, Aaron Hughes (tremendo surfer), ambos super buena gente.

Están descansando aquí en Puro Surf tras una paliza de campeonatos en los que han trabajado.

Nos preguntaron sobre nuestro plan para el día y entre tantas cosas en esas charlas apuradas, les comentamos que dependía de lo que haga el monstruo que estaba ahí sentado.

Se dieron vuelta, ¡lo saludaron y terminamos de alguna manera siendo todos amigos! Más allá de que con Juani nos quedamos calladitos, pensando en que el bocado que fuéramos a meter sea símbolo de sabiduría y no de tontería, fuimos fieles a ese dicho que reza: “Para decir una idiotez, mejor callate la boca”.

Pusimos cara de risita simpática, como que éramos todos simpáticos hasta que el simposio se terminó.

Cual fiesta de 15, le dije a Juani que iría a hablarle a Jordy, que él marcaría si nuestro día sería un fracaso o un éxito.

Titubié bastante, cual fiesta de 15 (de nuevo), me paraba y me sentaba, me paraba y me sentaba, pero finalmente cuando él se paró para irse, me le tiré encima.

Le hablé decidido y con la mayor bondad posible, intentando mostrarme como un ser decente, le dije que para nosotros sería un gusto entrevistarlo, que teníamos un medio de surfing latinoamericano y él nos dio el regalo que todos buscábamos: “Me estoy yendo a Punta Roca ahora, luego, hoy en la tarde, hacemos la entrevista”.

¡Un maestro! Marcó el mapa de ruta para el día, incluso nos consultó sobre cómo estaría el mar por allá y algún que otro etcétera.

Llamé al front desk de Puro Surf, pedí el transporte y resultó que… ¡Nos fuimos a surfear con Jordy en el mismo auto!

Muy simpático aunque siempre manteniendo cierta distancia, Jordy habló con nosotros de todo un poco, dijo que el evento de G-Land fue malo, que JBay tuvo unos días épicos y que la ola es accesible a surfers normales porque no está muy crowdeada y de que tiene ganas de llegar a los Juegos Olímpicos de 2028, entre otras cosas.

Partimos a las 9:30 AM, llegamos a Punta Roca a eso de las 9:55 y el sudafricano entró rápido al agua.

Inicié un vivo desde @DUKE_surf y transmití el debut de Jordy, un especialista de J-Bay en la J-Bay de América Latina.

Debo admitir que el vivo fue un poco aburrido, la marea alta no daba muchas opciones, aunque sí es cierto que la expectativa de verlo surfear mantuvo a unos cuantos colgados con la transmisión.

En varias olas la descosió, su surfing, el que acostumbro ver en videos o en las transmisiones de la WSL estaba frente a mis ojos.

Al rato de haber terminado el vivo, Jordy partió su tabla. Con total tranquilidad caminó por las piedras de Punta Roca y por un momento pensamos que se volvía al hotel. Nos dio gusto a poco, porque no habíamos podido ver más de él, pero, para nuestra alegría volvió a entrar al agua con una tabla nuevita de paquete, de esas que shapea su padre, Smith Surfboards.

Agarró una y otra, subió en el point, bajó del point, le robaron una ola, no se calentó… Quien se empezó calentar fue la madre tierra con el fuerte sol, el calor salvadoreño fue aumentando y se hizo de alguna manera imposible estar a las 12 del mediodía ahí.

En un momento descarté yo, me fui a las gradas que han puesto para que el público vea el CT. Al rato, el Juani vino con cara la cara roja de bronceado (sumado al de ayer) y me dijo que no podía más.

Lo alenté a sumarse a las gradas y filmar desde ahí. Aceptó con un poco de hambre y un poco de sed (yo también tenía sed).

Habíamos calculado surfear a eso de las 13:00, antes del almuerzo que ya habíamos planificado para las 14:00.

Pero resultó que Jordy entró en sintonía, empezó a tomar ola tras ola, pero no completaba la maniobra final. Se hizo un poco fanático de más para un ser que parece tan crack y relajado… Tomaba una ola, la surfeaba por 300 metros y volvía al line up. 10 horas más esperándolo. Tomaba otra, lo mismo.

Al final, a las 13:00, ya con nuestra sesión de surfing descartada, con Juani mirábamos a unas iguanas (perdón a Jacques-Yves Cousteau y a todos los salvadoreños si le estoy errando) fritándose en las piedras, derechas perfectas estirándose por cientos de metros, la sed y el hambre haciendo que deseemos que el ahora no tan querido Jordy Smith salga de una vez.

Parecía una de esas situaciones en las que un amigo no sale del agua y te clava, con la diferencia que a tu amigo lo podés cagar a putiadas y a Jordy Smith claro que no.

El filmmaker de Jordy ya se había dado por vencido, ya no lo estaba filmando más. Se habría escondido entre los matorrales, pero su RED Camera estaba sin dueño, en la punta de Punta Roca.

Juani no paraba de putiar y entre los dos putiábamos cuando el sudafricano terminaba una ola y volvía entrar.

Finalmente, ya delirando del calor, la sed, el hambre y el malhumor, ya sin filmarlo, mirando el meme más choto que un amigo pueda enviarte por WhatsApp, Juani gritó: “¡Salió! ¡Finalmente salió!”.

Yo creo que el filmmaker lo cagó a putiadas porque el sudafricano arrancó rapidito con sus dos tablas bajo el brazo, hacia la camioneta.

Y yo, que me había puesto a trabajar porque lo confirmaron a Cali Muñoz como wildcard, tuve que estresarme sudando la gota gorda para publicar la gran noticia.

Ahí subimos a la camioneta, hubo que esperar porque el mismo local que le robó la ola lo estaba esperando para pedirle una foto; se disculpó por lo sucedido, y posaron con un shaka, para la foto que los inmortalizaría. Atrás fue otro local.

Jordy se cambió, subió al auto mencionando que surfeó más tiempo de lo esperado (en este momento Juani lo quería matar) y nos volvimos.

No comimos ni bebimos: Devoramos y nos atragantamos con lo que nos esperaba.

Nos reímos. Al final de cuentas, pese a la sed y el hambre, estamos en un lugar de privilegio.

Procesamos las noticias de la jornada, las publicamos y nos fuimos con Marcelo que estaba en plena sesión de Jiu Jitsu, junto a Martín Passeri y el gran valor Rojas.

Jordy estaba mirando, porque increíblemente se está quedando en los dorms, la parte de Puro Surf que tiene estilo hostel, que permite que de forma más económica se pueda acceder a los beneficios del lugar.

El Wim Hof Method estaba siendo aplicado y me sometí al mismo: Marcelo me enseñó algunas respiraciones con las que casi me desmayo, pero que me desafiaron y relajaron.

Me metí en la cubeta de hielo y lo único bueno fue que superé el reto, pero sufrí como un esclavo.

Y lo intenté de nuevo, y sufrí como un enfermo.

Es como que cientos de clavos te están pinchando todo el tiempo. Lo único bueno es que ante tanto calor en El Salvador, me recordé del frío de mi casa en Uruguay.

En un ambiente hermoso, con amigos y profesionales geniales, dimos por sentado que no surfearíamos hoy con el Juani, por primera vez desde que llegamos a El Salvador. Para mí fue duro, pero sé que el trabajo manda.

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