¿Dónde está la diversión? ¿Está la diversión?

Los dichos de Carissa, la presión del surfing profesional, el Gato Gaudio y lo importante de pasarla bien


Foto de portada: ISA/Franco 

Me provoca profunda tristeza escuchar a Carissa hablándole a ella niñita y diciéndole que se divierta y no se estrese tanto. Y a eso remata con que intenta ser perfecta hasta hoy en día, ya fuera del tour, con cinco títulos mundiales y una medalla de oro olímpica.

Yo entiendo que es digno buscar la perfección a la hora de ser un deportista de elite, entiendo que sin esa búsqueda es difícil que haya títulos mundiales, una vida exitosa por medio del deporte y la mar en coche.

¿Pero tanto como para vivir estresado? No parece sano. Más bien todo lo contrario y es un elemento más para entender por qué al final de cuentas Carissa terminó odiando el circuito y retirándose a sus jovencísimos 31 años.

La propia Carissa me decía en Puerto Rico: “No puedo decir que me siento totalmente refrescada porque soy una pensadora excesiva, por lo que pienso mucho”.

Y traigo lo de Carissa porque al final de cuentas ella no es la única que pasa por eso y termina o abandonando o tomándose un año sabático, como Steph, Filipe, Mikey y Owen Wright, Malia Manuel, Keely Andrew, entre otros tantos.

Sea por el motivo específico que sea, seguramente llegaron al punto en el que odiaron el surfing competitivo con toda esa presión en sus espaldas.

Me hace acordar a una entrevista que le hacen al gran y carismático tenista argentino Gastón Gaudio, campeón en Roland Garros 2004, en la que le preguntan cuál es el deporte que más odia y responde: “A veces el tenis”. No tengo ni que explicar el ejemplo, pero parece más que claro que más de uno de estos chiquilines ha sabido odiar al surfing en algún momento de su carrera.

Y bueno, esto, que parecía que no podía suceder en el romántico juego con las olas que mucha gente se moleste si se lo llama deporte, terminó sucediendo.

Yo la verdad que te cambio varios títulos del mundo por ser un mitad de tabla pero disfrutando de mi vida como profesional en lugar de estar sufriéndola.

El otro día, en otra entrevista, Barton Lynch le decía a DUKE que es el mejor momento para que los surfistas profesionales estén cómodos, que él pasó 15 años en los que no estuvo tres meses en un mismo lugar y que no hacían plata y estaban solos. Y que ahora viajan con la familia y masajista. Y con esto y todo, es cuando más problemas de salud mental hay.

Ojo, es más sano abrirse sobre la salud mental que tal vez antes esconderse en una postura valiente mentirosa.

Pero la diversión, la pasión, la magia de despertarse tempranito e ir al agua, deslizarse en las olas y compartir risas con amigos. Salir del agua con una sonrisa de oreja a oreja y ya pensar en la siguiente. Parafinar la tabla soñando con lo que vas a hacer después.

En fin, que te paguen por eso y vivir de eso. La clave para que funcione tiene que ser que sea divertido.

Si no termina siendo igual que ser un empleado bancario.

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