Editorial semanal: Garantías salvadoreñas

Aquí cuando uno piensa que un spot puede estar funcionando, lo más probable es que efectivamente esté funcionando


Llegué tarde el pasado domingo, me quedaba poco sol y debía tomar una decisión importante: Surfear el beach break de frente al hotel que se veía divertido o caminar, atravesar unas rocas y remar hacia una derecha de relativo difícil acceso que no tenía idea cómo podía estar funcionando.

Me sucede que en mi país cuando busco olas uno suele imaginarse que tal spot puede estar bueno, por este o aquel motivo, manejar media hora, llegar y que, efectivamente no esté bueno.

Es cierto que una de cada 10 o 100 veces está bueno, pero el resto es ilusión. Ilusión linda, pero está genial cuando se hace realidad.

Pensé en que El Salvador con las olas te da garantías y preferí surfear un point perfecto que un beach break divertido.

Hice todo el trayecto aventurero y llegué con máximo media hora de sol. Pero efectivamente ahí estaban las derechas en este point de relativo difícil acceso.

Una atrás de la otra, en un día chico pero extremadamente divertido.

Yo solo, un montón de piedras rodeándome mientras que en los spots cercanos estaba bien crowd y me divertí como loco.

Fue una bienvenida maravillosa a este viaje a El Salvador.

Sucede que aquí cuando uno imagina o más bien le hace sentido que un spot puede estar funcionando, la realidad es que la mayoría de las veces está, efectivamente funcionando.

El regreso del spot, con la noche ya arriba y corriente en contra, estuvo desafiante, pero valió la pena todo el sacrificio y fue hasta ahora, con un día restando en el viaje, definitivamente la mejor sesión del mismo.

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