Editorial semanal: Que la vida de todos esté llena Santosha

Y que no solo viva en una isla olvidada a la que se visita de vez en cuando… Y nos vemos mañana en La Pantalla de Malvín


Como expresé en el editorial de la semana pasada y en una nota informativa, mañana, en un extraño suceso montevideano, ciudad que nunca tiene mucho que ver con surfing, habrá noche de cine de surfing y de un humilde ensayo que relaciona a las principales producciones de cine de surfing con este pequeño país que, insisto, nunca tuvo mucho que ver con el surfing.

Y en las distintas investigaciones, averiguaciones y conversaciones que tuve para la presentación en cuestión, hubo una que me dejó pensando por lo lindo del contexto y del significado.

Forgotten Island of Santosha es el nombre de la película que el uruguayo Carlos Pardeiro musicalizó de manera brillante, de manera que sin miedo a exagerar me animo a decir que fue impresionante… Al punto que me llama la atención que sea de alguna manera una especie de leyenda que manejan unos pocos en el surfing uruguayo.

Es decir, me sorprende que no haya más gente que sepa de esto. Y me sorprende que no haya tanta gente que conozca la música uruguaya que hay en esa película, que no haya ganado premios y que el propio Pardeiro no sea un músico de culto dentro del mundo surfer.

Hablé con Pardeiro para preparar para la presentación de mañana. Buscando encontrar el nexo entre él y la película, ¿qué lo llevó a musicalizarla? ¿Cómo un músico uruguayo terminó haciendo el sonido de una de las películas más influyentes de los setentas?

Y, más allá de las historias alucinantes que me contó (que compartiré este sábado), di con algo que me inspiró, me dejó pensando y que se aplica muy bien hoy en día.

La isla olvidada de Santosha, o, La olvidada isla de Santosha, que luego se supo es Mauricio, es ese paraíso donde todos queremos ir a vivir cerca de las olas y la naturaleza y lejos del despelote de la gran ciudad y las rutinas pero también es un estado espiritual.

Santosha es una palabra en sánscrito que combina Sam que quiere decir “completa o enteramente” y Tosha que es “contento”, “satisfecho”, “cómodo”. Junto todo es “completamente satisfecho”.

Me surgió la pregunta, y que me disculpen si en este viernes de noche me pongo tan romántico: ¿Cuánto nos hemos alejado de ese lugar en el que estamos completamente satisfechos? ¿Necesitamos de una isla verde y con olas para sentirnos así? ¿O tal vez podemos ser completamente felices en esta especie de vida tan ajetreada que tenemos? ¿Por qué no podemos vivir en un permanente Santosha?

¡Claro que quiero que mi Santosha tenga de esas izquierdas perfectas! Pero mientras que no las tenga, igual elijo vivir en mi Santosha, del tipo que la vida me regale.

Y a todos les deseo una vida de Santosha y que nunca sea una isla olvidada sino un continente en el que vivamos todos los días; ¡en paz, armonía y completitud!
¡¿Por qué no?!

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