El Instagram versus realidad de Carissa y el miedo a mostrar lo que uno realmente es

El mundo mezquino en el que estamos metidos


Me dio pena Carissa Moore y sus dos posteos sobre la ropa que usó para una sesión de fotos de su ropa Hurley.

La hawaiana hizo un Instagram versus realidad, siendo real, mostrando algo simpático que es que tuvo que básicamente romper todo un short para que le entre y se vea bien en las fotos.

Se rió de ella y de las cosas que suceden para las fotos y también por su cuerpo de surfer, ella mismo escribió que sus hombres anchos y su trasero le complicó las cosas.

10 horas pasaron y tuvo que hacer otro posteo clarificando que la colección de su patrocinador es maravillosa y que lo que le sucedió el día anterior es parte de la vida de profesional en la que hay sesiones de fotos en lo que no todo va bien y hay que adaptarse.

¿Era realmente necesario hacer ese segundo posteo? ¿Tan mal estamos como para no entender que perfectamente puede sucederle eso a una de las mejores surfistas de la historia?

El posteo 1 recibió 150.000 halagos, a mí me cayó bien para una Carissa que siempre se muestra extremadamente simpática y pocas veces “real” como hizo en ese posteo tan honesto y simpático.

El posteo 2 me deja triste porque evidencia un mundo mezquino, una industria mezquina en la que no se puede ser real y en la que todo debe ser color de rosas.

Y no hay que ser ningún genio para decir que hay ropa que no le queda bien a todo el mundo y que cosas como la del posteo 1 le puede pasar a todo el mundo.

Y, por encima de todo, hay que ser realmente malo o, tiene que existir gente realmente mala en el mundo como para que a Carissa se le haga necesario, o sienta necesario hacer el posteo número 2.

Me parece a mí, muy humildemente.

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