El tubazo del simulacro

Toto dudó si se trataba de una prueba o si realmente el tsunami caía en su cabeza, y ante el sonido de las alarmas no solo sobrevivió a esa sino que luego se surfeó una de las mejores olas de su vida


El alerta que recibieron todos los teléfonos que estaban en la franja costera de Arica.

Como se dijo en la transmisión en vivo, hoy hubo simulacro de tsunami en la franja costera de Arica. Todos los que ahí estuvieron fueron obligados a ir a una zona alta, libre de riesgo en caso de esa catástrofe.

Me asesoré con distintas personas del hotel sobre si era obligatorio o no, algunos me dijeron que si estaba trabajando no tenía por qué, otros me dijeron que sí y ante las distintas versiones opté por quedarme trabajando en la habitación del tradicional Hotel Arica, que enfrenta la ola de El Buey.

A las 11:12 arrancó a sonar la sirena y llegó una especie de mensaje, no un SMS ni un WhatsApp, una forma que tendrán los gobiernos de comunicarse con los celulares de la zona.

Nadie me vino a buscar y tranquilamente seguí trabajando (que me disculpen las autoridades si actué mal, si así lo fue, fue fruto de la ignorancia).

Resultó que Paulinho, mi compañero de cuarto, volvió con la novedad de que mientras que hacían el simulacro una persona se llevó el tubo de la vida en El Buey, que todos lo vieron desde las alturas y que fue increíble.

Al rato, me mudé a trabajar en otro lugar para no molestar a Paulinho y vi que en el restaurante Toto de Romaña hablaba con el gran Diego Medina que lo había visto a él en un tubazo impresionante.

Quedó despejada la duda: El del barril del simulacro era el talentoso y valiente goofy footer del Perú.

Toto me miró y le hice una seña como felicitándolo, le conté que mucha gente estaba hablando de su tubo. Me preguntó si lo había filmado y le dije que no, le conté que estaba encerrado en la habitación.

Estaba feliz de la vida, pero ese recuerdo en un mar que ha tenido tantas cámaras estos días se vio que lo decepcionó que esa ola tan impresionante no haya sido filmada o fotografiada.

Con ese sol y esa linda energía decidí irme a surfear a la simpática Isla, una izquierda divertida que quiebra al costado de El Gringo. Luego, claro, de terminar mi crónica de la jornada 2 del Arica Pro Tour.

En el pasillo, frente a mi habitación, estaba Toto hablando con JP Mafias, gesticulando, emocionado, también emocionado.

Yo no pude evitar preguntarle sobre cómo se dio todo y ahí pude presenciar una de las más espectaculares descripciones de cómo se vive una sesión y una ola épica.

El cuento fue maravilloso. Dijo que al mismo tiempo que comenzaron a sonar las alarmas se le presentó una serie enorme en el horizonte y al sonido de las alarmas Toto dijo que dudó si había entendido mal si era efectivamente un simulacro o una alerta de tsunami que le estaba quebrando en la cabeza.

Luego de pasar el sofoco, todavía con las alertas sonando, De Romaña llegó al line up y un triángulo perfecto le pintó, remó con ganas y ahí empezó a gesticular, doblando las rodillas en pleno pasillo, transmitiendo una emoción tan grande que me trasladó adentro del tubo más grande de mi vida. Contó cómo fue atravesando secciones, cómo el visual del tubo gigante, azul, perfecto era increíble. Hizo un pump y la línea seguía perfecta hasta que una sección quebró más adelante haciendo la salida más difícil.

“Quedé en el aire, pensando que finalmente no la hacía, volando adentro del tubo. Pero no podía creer cuando pude aguantar la línea y me dije: ‘¡La voy a hacer!’”, contó con los ojos bien abiertos. Y la hizo.

Todo esto lo contaba acomodando su equipaje porque en breve se iba a ir al aeropuerto, de regreso a Lima.

Comparando estableció esa ola como la segunda mejor de su vida aunque dudó un poquito si no se trataba de la mejor.

Yo me fui a surfear una ola 10 veces más chica, 100 veces menos asustadora, 1000 veces menos tubular. Encontré mis momentos y salí satisfecho para volver a trabajar.

Cuando llego, me cruzo con Toto que tiene la noticia de que su ola había sido filmada con un celular. Estaba feliz.

Le dije 100 veces que me la mande y demoró pero finalmente la mandó. El video hace justicia a la historia, las secciones fueron cayendo con él adentro y en la última parece que no la hace pero sale victorioso.

Solo son algunas cosas que pasan en Arica; una ciudad con tanta energía que es difícil de explicar.

Comentarios: