A Sylviane le pidieron que no vaya a El Salvador porque temían que su nieto, un competidor del equipo francés, se ponga nervioso a la hora de surfear con su abuelita en la playa.
Entonces, lo que hizo ella fue ir en secreto.
Se tomó el avión, reservó uno de los mejores hoteles del Sunzal y El Tunco y sigilosamente siguió los pasos de su nieto.
Además de vibrar serie a serie la actuación de su surfista favorito, la abuela francesa disfrutó de unas lindas vacaciones en El Salvador; visitó el Parque Surf City Walter Thilo Deininger, la pasó bien en la playa y vio inolvidables atardeceres.
Se quedó enamorada de El Salvador y de todo lo que este tiene para ofrecer y se salió con la suya: Lo vio compitiendo a su nieto.
