La odisea de Santiago Giovannini: El uruguayo que se bajó una de las más grandes de esta temporada hawaiana

Se fue de su casa con unos pocos pesos en el bolsillo y el objetivo de surfear olas grandes casi sin poder pararse en la tabla; llegó a México por tierra, empezó a bajarse bombas y ahora está en la meca cumpliendo sus sueños


Foto de portada: @hankfotomyworld 

La mayor parte de las personas que surfearon en el outer reef en uno de los mares más grandes de los últimos años creció deslizándose en olas de calibre, vibrando el océano desde su nacimiento y mandándose en olas pesadas permanentemente.

¿Es posible que un surfer con algunos años en mares pesados termine bajándose la una de las más grandes del día? ¿Es posible que lo haga alguien que no viene del océano y que unos años atrás pesaba 120 kilos y estaba alejado del mar?

Con dedicación, foco, entrega, un plan y vida saludable, claro que es posible. Es la historia de Santiago Giovannini, que salió de Uruguay con unos pocos pesos buscando una mejor vida cerca del mar. Pasó por más de 10 países hasta llegar a México, donde se instaló y se bajó unas cuantos olones.

Esta temporada decidió dar otro paso más y se fue a Hawái. Ya le agarró el gusto a las olas grandes y en el mar del Eddie se fue al peligroso outer y se llevó el olón de la foto.

Debajo comparte su camino en entrevista.

Santiago en Pipe, unos días antes de bajarse el olón en el outer. Foto: @mymarco44

Según sabemos un día decidiste irte a México y por ahí te quedaste, ¿cómo fue esa primera decisión?
Cuando tenía 20 años, estaba en Uruguay y no estaba pasando un buen momento a nivel personal, hacía años que no surfeaba, tenía mucho sobrepeso, andaba en los 121 kilos, estaba muy dedicado a la vida nocturna y todo lo que eso conlleva. Mis vínculos afectivos se estaban quebrando…

Un día, me miré al espejo y ya no me reconocía a mí mismo, entonces decidí hacer un cambio de vida. Me puse un objetivo: “Quiero aprender a surfear olas grandes. Voy a ir a México”.

"Dejé todo en Uruguay, no tenía casi dinero porque venía de pagar un montón de deudas, así que agarré la mochila y una tabla, salí de casa y me tomé un bus"

Dejé todo en Uruguay, no tenía casi dinero porque venía de pagar un montón de deudas, así que agarré la mochila y una tabla, salí de casa y me tomé un bus. Empecé por Argentina, iba trabajando, juntando dinero e iba subiendo más al norte.

Al mismo tiempo de a poco iba mejorando hábitos, poniéndome más en forma y recuperando mi vida. Tardé casi seis años en llegar a México pasando por unos 12 países.

Para cuando llegué ya pesaba unos 80 kilos y había agarrado más ritmo de surf.

Cuando a mis 26 años vi el primer tubo de 10 pies, aluciné, me voló la cabeza… “Yo quiero hacer eso, tengo que estar en México”, me dije.

Santiago se hizo un plan, una rutina, marcó objetivos y los fue cumpliendo. En la foto: Un olón en México. Foto: @erniehawaii
De backside en una sólida en México. Foto: @sacrificialamb

Luego empezaste a bajarte unos olones impresionantes en México... ¿Cómo fue ese proceso?
Primero me evalué y armé un plan, me planifiqué los próximos años, dieta, entrenamiento, estilo vida, como financiarme y me planteé objetivos. El primer año era solamente bajar una ola cada swell, aunque la bajara derecho.

Para mí fue muy lento el proceso (risas), ¡yo ya quería un tubazo! Para mi cuerpo fue doloroso, muchas lesiones, y mi bolsillo triste porque era una máquina de partir tablas (risas). Pero la verdad que lo disfruté al máximo.

El apoyo incondicional de mi familia, mi pareja, mis amigos de Uruguay, los compañeros en el pico y más que nada del pueblo mexicano y La Aldea Bruja, fueron claves para poder lograrlo.

Eventualmente el espumón lo comió a Santiago que terminó saliendo a nado y barrenando olas con el pedazo de tabla que le quedaba. Foto: @hankfotomyworld

Y ahora Hawái... Ya te habías surfeado unas bombas en Pipe hasta que entró el swell del Eddie y te fuiste a buscar un Outer Reef ¿cómo fue esa sesión?
Para mí fue inolvidable y la verdad que ni yo me lo creo todavía. El pronóstico marcaba que iba a estar grande y anunciaban el Eddie, pero tampoco se veía que iba a estar gigante.

Estaba sin tabla larga, así que me moví por todos lados para encontrar una acorde para ese swell, la conseguí el día anterior, era vieja pero se veía guerrera.

El día del swell me desperté 5am con un mensaje de un amigo local diciéndome que el registro de la boya era el más grande que había visto desde que se acuerda. Ahí todo cambio, iba a estar gigante.

Me fui a la playa y estaba fuera de control. La entrada se veía brutal, pasando rompientes y corrientes que te ponían en situaciones peligrosas con mucha gente rebotando.

Después de un rato largo remando, cuando estoy llegando al line up, el horizonte se puso oscuro, entró una serie enorme que cerró toda la costa y la pasé justito. Cuando miré para atrás no quedaba nadie, solo cinco o seis habíamos pasado. Luego se rearmó el line up.

"Después de un rato largo remando, cuando estoy llegando al line up, el horizonte se puso oscuro, entró una serie enorme que cerró toda la costa y la pasé justito. Cuando miré para atrás no quedaba nadie, solo cinco o seis habíamos pasado. Luego se rearmó el line up"

El ambiente en el agua era motivante, buena onda, respeto y hambre de bombas. Me tocó compartir con los locales, los argentinos, el equipo peruano y los australianos; la banda estaba super motivada e iban con todo, nadie echaba para atrás, también se llevaron olones.

Palabras aparte para dos mujeres que estuvieron a tope y un veterano local de la vieja guardia que surfeo a primera hora sin chaleco y sin apoyo de jet ski. La verdad que fue un honor haber formado parte de ese line up.

Y al rato de acomodarme en el pico, en la próxima serie buena me tocó esta ola de la foto que me agitaron los locales. Después me agarró un espumón, me deslaminó la tabla y se me terminó la sesión.

Salí nadando y barrenando con lo que quedaba de la tabla. Salí tristísimo de que no me pude hacer un tubo, muy frustrado porque sin tabla ya no había más oportunidades pero contento de que estaba sano y salvo. Me sentí afortunado de por lo menos haber tenido una ola y estar sano y salvo

No la podía ver más de afuera y a la tarde volví a meterme con una tabla más corta que me habían prestado pero las condiciones eran más difíciles; mi habilidad no fue suficiente y no conseguí ninguna otra ola. No estuve a nivel y no conseguí ninguna otra ola. Me quedé con ganas…

Santiago pasó de la vida nocturna, de pesar 120 kilos a bajarse esos olones. Pagó sus deudas y se fue para encontrar con lo que más le gusta en el mundo: Meterse tubos y bajar olones. Foto: @tanneavazqz

¿Cómo sigue todo para vos?
¡Esperando la próxima! Pensando mucho en esa sesión, viendo qué hay que mejorar, qué haría diferente y lo que haría igual. Mucho para aprender me dejó...

Quiero seguir enfocado en el proyecto de preparar a surfistas de manera online, que quieran mantenerse en forma o mejorar el nivel, que la verdad lo disfruto mucho.

Luego me gustaría irme a Tahití y a pasar el verano en México que lo amo y es mi casa. También hacer una surfeada con mi sobrino León que tiene ocho años y ya la está matando, y si puedo visitar Uruguay, ¡sería un año redondo!

Quiero agradecer a: @turtlebaysurfboards & Mike Meyers por darme las mejores e indestructibles tablas! @chancekingmusic the boss out there, @Nandogiovannini_ @Escueladesurf_playagrande @nestasunglasses @j.a.balsamo @playitatodalavida @h2oescueladesurf y a @viniecook the craziest

Uno de los objetivos de Santiago en 2023: Surfear con León, sobrino de tigre.
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