Cobertura especial presentada por la Municipalidad de Arica y por el Gobierno Regional de Arica y Parinacota - Fotos y relato por Rommel González Cruz 

“Arica siempre me deja sin aliento. El Gringo no es solo una ola, es un espectáculo vivo, una fuerza que te enseña a respetar y amar el mar. La conocí por primera vez en el 2009 y, desde entonces, me hice una promesa: Volver siempre que la vida me lo permita. Porque hay lugares que no solo se surfean, se sienten.

Esta vez me encontré nuevamente con un amigo que comparte el mismo cariño por esta ola, Luis Tantajulca, y otro al que recién le mostramos su magia, Eduardo Castillo. Porque la amistad también es eso, compartir lo que uno más quiere.

Una semana en El Gringo es energía pura para el alma y la mente. Porque uno siempre vuelve a los lugares que nos recuerdan quiénes somos. Y aquí, en Arica, en El Gringo, puedo confirmar que aún puedo hacer lo que más amo: Vivir la fotografía y la naturaleza”.