Lo que hacen los amigos
Un saludo a Dieguito con una historia que pinta como realmente era
Escribe Federico Parra
En el verano de 2017 pude darme el lujo de surfar junto a Diego “Umpi” Umpierrez en la playa de “El Pepe” una réplica en madera de una antigua tabla hawaiana.
La sesión fue registrada por Juan Miguel “Mosca” Bonner con quien hacía tres meses veníamos filmando con la idea de armar un corto que contara la historia de esa tabla. Cuando terminó la edición y Mosca me presento el corte final de su trabajo le dije que me encantaba pero que íbamos a tener que encarar dos temas: Uno, en el video aparecía Dieguito y dos, algunas de las olas filmadas eran consideradas “secret spots” para el Umpi.
Había que mostrárselo a Diego y pedirle permiso.
Veinte días más tarde, un lunes al mediodía, nos juntamos los tres en “El Chingolo”, la casa del Mosca, para hacer un asado, ver “la peli” y escuchar la devolución de Dieguito. En los días anteriores le había hecho especial hincapié al Mosca que, dijera lo que dijera Diego, nos la íbamos a tener bancar. Los ajustes o cambios que propusiera los íbamos a tener que respetar y corregir sin chistar. El Umpi era una leyenda del surfing uruguayo.
Fue así que con mucha expectativa volvimos a ver el corto y cuando terminó los dos giramos la cabeza como nenes chicos para escuchar lo que decía el hombre.
Umpi nos miró con su sonrisa tan característica y con su simpleza de siempre dijo: “Los felicito. La verdad que habría que esforzarse demasiado para encontrarle algún defecto. No le saquen ni le agreguen nada más, déjenlo así como esta que esta buenísimo”.
Para mí fue un gesto increíble de su parte. No lo podía creer. Es que a las personas normales, cuando nos ponen en ese lugar y nos dan ese poder, nos sentimos como obligados a abrir la boca y decir algo, aunque sea por compromiso. Diego no. Él era diferente y ese día me quedó bien clarito. Nos comimos el asado y, por supuesto, nos fuimos a surfar al Pepe.
No lo podía creer. Es que a las personas normales, cuando nos ponen en ese lugar y nos dan ese poder, nos sentimos como obligados a abrir la boca y decir algo, aunque sea por compromiso. Diego no. Él era diferente y ese día me quedó bien clarito
El 26 de agosto de ese mismo año presentamos el corto en el Festival de Cine “Contra Viento y Marea” en la ciudad de La Paloma, Rocha.
Dieguito una vez me había dicho que en Uruguay tenemos la mejor bandera del mundo. Al preguntarle por qué, me explico como nuestra bandera mostraba al sol saliendo al amanecer con una serie de olas bien marcadas entrando desde el horizonte. Me pareció una idea genial así que, inspirado en la revelación de mi amigo, hice un afiche para promocionar el evento. Al corto le pusimos “de madera”.
Ese verano nos habíamos casado con Ceci y ya esperábamos a nuestro primer hijo, Thor. Como no habíamos tenido luna de miel, le pedí a mi mujer que por favor reservara el mejor hotel de La Paloma, que nos íbamos todos con Mosca y Diego incluidos. Más tarde se sumaría Seba “Patan” Olarte que no quiso faltar.
Cuando lo pase a buscar al Umpi por “La Barca 7 quillas”, su casa en Santa Mónica, lo note un poco raro. Me llevó al costado de mi camioneta saveiro gris y me explicó que hacía unos días su mamá había fallecido. La noche anterior se habían despedido de ella. Le di un abrazo y le dije que lo lamentaba mucho. Nunca antes lo había visto triste. Empecé a decirle que ya tendríamos otra oportunidad de proyectar la peli pero me cortó antes de que pudiera terminar. Me dijo que él venía. Que me había dado su palabra y que quería venir, que le iba a hacer bien. Además, ¡cómo que nos iba a dejar a la banda tirados!
Dieguito era un gran fan de la película de surf animada “Surf's Up”. “La peli de los pingüinos” le decía él. Hoy, recordando esa calidad y esos códigos del Umpi para no dejarnos tirados, no puedo dejar de pensar en una de las últimas escenas de esa peli:
Luego de la gran final, “Rob Machado” (en su versión pingüinesca) se acerca al personaje principal “Cody Maverick” y le pregunta, “Cody, sacrificaste el torneo para ayudar a Pepe (el pollo) Explícanos, ¿por qué viejo?”. “Bueno Rob... eso es lo que hacen los amigos” contesta el crack de Cody para luego chocar los cinco con el pollo y ponerse a festejar como locos.
Diego fue el primero en hacerme ver que nosotros somos la película de los pingüinos. Es como si estuviéramos atrapados en su guión, dentro de su mundo, con sus personajes, sus historias, sus héroes y sus villanos, sus mitos y sus leyendas, todos repitiendo un eterno retorno de lo mismo mientras tratamos de encontrarle un sentido a esto del surf. Para mí y muchos de los que fuimos sus amigos, el Umpi siempre fue y será el “Gran Z”. Un pequeño gran honor entre surfistas reservado sólo para él.
Dieguito nació en enero de 1976 y falleció a fines de abril de 2024.
Que las olas del Pepe arrullen tu descanso eterno. Tu familia y amigos nunca te olvidaremos Diego. Y gracias por hacer eso: Lo que hacen los amigos.
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