Los Big Wave Awards y su polémica relación con Hispanoamérica

Este fin de semana se realiza una nueva edición de los oscars del surfing. Recordamos lo sucedido con Navarro en 2010 y Villarán en 2015


Este sábado se volverá a escribir historia en el surfing de olas grandes con la realización de otra edición Big Wave Awards, evento que antes pertenecía a Billabong y que fue comprado por la WSL en 2014.

Hispanoamérica tiene una relación bastante especial con este evento. En 2006 por ejemplo, el chileno Diego Medina ganó el premio a la ola más grande de remada en una conquista histórica. Punta de Lobos, que hoy es una reserva mundial de surf, se presentó al mundo con sus olones y sus surfistas: El propio Diego y sus compas Ramón y Merello.

Ese, por supuesto, no fue el único encuentro que hubo entre hispanos y estos premios.

La bomba de Diego Medina, ganadora de los XXL Awards en 2006. Foto: Phillip Muller/XXL

En 2010, algunos meses después de que Ramón Navarro surfeara una de las olas más increíbles de la historia del Eddie Aikau (y de la historia del surfing entero) se realizó una nueva edición. Con el formato cambiado, Navarro, estaba nominado para la ride of the year, la surfeada del año.

Había que estar ahí en ese momento, aquella surfeada fue tan épica que muchos los daban a Navarro como ganador antes de que empiece la noche.

Fueron mencionando a los ganadores, del quinto lugar hasta el primero. Fue clave cuando en tercer lugar se mencionó a Shane Dorian, el hawaiano se había llevado un tubazo en Mavericks gigante y su ola de alguna forma le hacía cosquillas a la de Ramón. Al recibir el premio, Dorian dijo, algo así: “Está bien que gane Ramón, se lo merece, su ola fue gigante”.

Instantes más tarde se anuncia al ganador: Twiggy Baker. La ola del sudafricano era una bomba, pero estaba completamente fuera del radar.

El desconcierto en el salón del Grove Theater de Anaheim se hizo sentir con silencio y un aplauso disimulado.

La bomba de Ramón:

La bomba de Twiggy:

Cinco años después
El peruano Gabriel Villarán se había surfeado una bomba asquerosa en el swell del siglo en Puerto. Fue un día que se escalaron niveles en lo que era posible, encontró la salida sin que nadie lo pueda creer.

Era un claro favorito, pero un drop atrasado seguido de un tubazo de Shane Dorian. La ola de Villarán fue más grande y más pesada, menos perfecta, más difícil de surfear. Era una decisión peleada, pero una vez más no fue para el sur.

Con respecto a esto, Ramón Navarro le dijo a DUKE: “Yo pensé que Gabriel debía haber ganado por lejos, pero volvemos a lo mismo, es un tema más político” y explicó: “Billabong por muchos años ha empujado a sus corredores y si había que empujar un poquito, me imagino que iba para su lado”.

En referencia a su ola y la situación descripta arriba, Ramón recordó: “Tenía una gran esperanza de ganar, pero sabía que los riders Billabong pesan”, y agregó: “El resultado fue bien ajustado, recibí un premio igual. Según Twiggy iba a ganar yo y yo tenía una gran esperanza de ganar.

Y el sudafricano fue vivo, Ramón contó que Baker le “ofreció compartir el premio de lo tan peleado que estaba entre el primero y el segundo”.

“Para mí fue un gran triunfo igual”, agregó el chileno que al recordar la ola dice que fue la mejor de su vida junto con el tubazo que se metió en Cloudbreak en 2012. “Fue la que cambió mi carrera por lejos”, sentenció.

La bomba de Gabriel Villarán:

 

La bomba de Shane Dorian:

 

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