“No sé cómo, pero salí de ella y fue la mejor sensación de mi vida”

Entrevista a Natxo González sobre la ola del Nazaré Challenge. El vasco cuenta el segundo a segundo de lo que sintió en “el día más especial” que ha vivido


En los papeles el campeón del Nazaré Challenge fue uno pero en el imaginario colectivo el gran ganador fue Natxo González; el joven de Plentzia marcó en las retinas del mundo un hito que será recordado para siempre.

En fotos y en filmaciones de las olas bestiales que quiebran en Nazaré no hay nadie que no haya imaginado un tubo profundo por detrás del pico en uno de esos temidos "A frames". González con esa ola hizo realidad aquello que hasta el viernes pasado solo era imaginación.

Esta ola entró en la lista especial en la que está la de Nathan Fletcher en Chopes, la de Ramón Navarro en el Eddie o en Cloudbreak, la de Ian Walsh el año pasado en Jaws, por decir algunas aunque la lista en realidad no es mucho más larga, son pocas las personas que la integran porque se trata de un selecto grupo histórico de los que desafían lo que es humanamente posible en la relación del hombre con la naturaleza.

Hay que estar bien determinado y hasta un poco loco para arriesgarse comerse toda la serie en un día grande de Nazaré para llevarse “la doble”. Esto fue lo que hizo Natxo y el plan le salió a la perfección. En los siguientes párrafos lo comparte, paso a paso.

“Voy con todo y me tiro a lo que sea. De lo malo, malo me rescatarán las motos de agua”, dice Natxo, y agrega: "Me tiré a la nada, me metí en un pedazo de agujero gigante". Foto: WSL/Poullenot

¿Qué balance haces de lo que sucedió en Nazaré?
Fue increíble. Tuve la suerte de poder ir conduciendo desde casa, ocho horas con mis amigos, echando risas, con cero presión, mucha confianza, emoción y muchas ganas de liarla.

Tenía ilusión porque sabía que conocía el sitio bastante más que mucha gente de afuera, lo que actúa como una ventaja. Tuve la gran suerte de coger una de las olas más increíbles surfeadas en Nazaré… Al final también es cuestión de conocer un poco el sitio, porque también es mucha suerte pero para coger ese tipo de olas hay que estar ahí y buscarlas.

Obviamente en la transmisión no se vio todo el proceso, cuenta por favor cómo fue que viste esa ola, dónde estabas ubicado, qué fue sucediendo… ¡Hasta que saliste!
Cuando vino esa serie todo el mundo empezó a remar hacia el pico porque era gigante y yo me dije: “Venga, me voy a arriesgar aquí abajo, si me cae encima la serie, me cae encima pero si me viene la doble, le voy a dar con todo”.

Y así fue, apareció esa gran ola, no llegaron los de atrás y me vino perfecta. Al principio pensaba que estaba muy profundo porque el pico estaba muy adelante pero me dije: “Voy con todo y me tiro a lo que sea. De lo malo, malo me rescatarán las motos de agua”.

Me tiré a la nada, me metí en un pedazo de agujero gigante y la última sección no estaba muy limpia porque había pasado una moto de agua y tenía como cortinas y tuve que tomar una línea alta para salir de tal caverna.

Y no sé cómo, pero salí de ella y fue la mejor sensación de mi vida porque sabía que estaba toda la gente mirando, todos mis amigos, mi familia y al final empecé a llorar dentro del agua directamente y eso lo hizo mucho más especial.

En tu post en Insta pusiste “una de las mejores de mi vida”, ¿cuáles otras rankean a la par con esta?
Fue una de las mejores olas de mi vida porque aparte de la ola que fue increíble, lo que lo hizo mucho más especial la estuviese viendo, amigos, familia, y se oían los gritos desde el agua y no podía parar de llorar de la emoción.

Creo que eso hizo mucho más especial a esta ola. Y que fue en este lugar tan desafiante donde es tan difícil encontrar esas olas. Es como un reto conseguido y después de tanto trabajo que he estado de preparación y físico durante seis meses este año al final ha dado sus frutos y dices: “Joder, ha merecido la pena trabajar tanto para llegar hasta aquí”.

Viajando por Namibia, África y todos estos sitios, he cogido olas muy, muy buenas, sensaciones de tubos interminables, he cogido olas increíbles.

Como ola, esta ha sido un top, un top de mi vida, pero he cogido olas muy buenas por Namibia y lo he compartido con amigos, pero este ha sido yo creo que el día más especial que he tenido.

Una ola que ingresó en los libros de historia de surfing. "Y no sé cómo, pero salí de ella y fue la mejor sensación de mi vida porque sabía que estaba toda la gente mirando, todos mis amigos, mi familia y al final empecé a llorar dentro del agua directamente y eso lo hizo mucho más especial", agrega Natxo. Foto: Captura de Jon Aspuru

Dos eventos en Nazaré y dos veces tercero, ¿por qué crees que te llevas tan bien con semejante lugar? Al final después de esa ola ya me daba todo igual…

Me dije: “Ya lo he hecho, estoy tranquilo”, entré al agua muy relajado en la final y me daba igual mismo quedar primero, tercero, último, no me importaba.

Estuve muy tranquilo esperando a la ola y (risas) me cuadraron dos bombas muy buenas, me puse en primer lugar y Twiggy y Lucas cogieron olas muy buenas también y quedé en tercer lugar. Me sentí muy contento de ser parte de esa final y compartir las vibras increíbles entre todos los surfistas, eso es lo más bonito del surfing.

Llevarme bien con el sitio al final es suerte, y son picos que rompen en todas partes y es muy difícil colocarse; he tenido también una gran suerte de poder ser parte de ello.

¿Cómo se celebró ese día?
La celebración quedó para más adelante porque seguido de esto me fui de viaje y no me dio tiempo de celebrarlo pero seguramente la haremos a lo grande.

¿Cambió tu vida en el sentido de que tal vez ahora meterse tubos de un metro debe hacerte cosquillas?
Es otro tipo de disfrute, creo que las olas grandes es como si fuese otro deporte y al final te tienes que amoldar día a día para que te motive todo, pero sí es verdad que ha habido veces que he vuelto de África, de Namibia y siendo verano aquí con olas de mierda no me motivaba nada, no veía la motivación en ningún lado.

Es un poco como que te da tanto pero también te quita un poco, pero bueno, al final pasa el verano, pasa el tiempo y otra vez te vuelven las ganas de hacerte tubos en Mundaka o tubos de un metro o tubos de tres… Lo que nos gusta es surfear, compartir las sensaciones con tus amigos y dar buenas vibras en el agua y estar conectado con la naturaleza. Eso es lo que yo pienso que me motiva.

En los papeles el campeón fue Twiggy Baker, en el imaginario colectivo el gran ganador no está levantando los brazos en la foto. Por: WSL/Poullenot

 

 

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