Bob Rotherham: El histórico guardián de Punta Roca

Viajando por América Latina en una Combi, recibió el consejo de Craig Peterson de que debían ir a la derecha del puerto de La Libertad, una vez que la conoció, jamás la pudo dejar, así lo cuenta en entrevista


Presenta Surf City - El Salvador Travel

Hablar de Punta Roca sin hablar de Bob Rotherham es como que el Quijote no tenga a Sancho Panza. Uno de los más fieles, sino el más, compañeros de la ola a lo largo de su historia es este nortamericano que recorriendo América en Combi dio con la ola y el amor de su vida y se quedó a vivir ahí.

Rotherham estaba en Petacalco, la clásica y protegida rompiente mexicana que él dice la surfeó de manera épica en 1973, cuando vio que un fusca pasaba con una tabla en el techo; era el primer surfer que veían desde que habían comenzado el viaje.

El misterioso viajante solitario frenó y se presentó, era el legendario Craig Peterson, uno de los más grandes viajeros surfers de la historia, él volvía de Centroamérica hacia Estados Unidos y uno de sus consejos fue: “Deben ir al puerto de La Libertad”.

Para dejar los tubos de Petacalco que quebraban perfectos, los cuentos de Peterson sobre la ahora llamada Punta Roca, deben haber sonado convincentes.

Ahí marcharon entonces Rotherham y su amigo en su Combi y sus expectativas y el tamaño de los cuentos fueron confirmados cuando vieron y surfearon la ola. Se deslizaron en El Sunzal, pero no fue lo mismo; la reina era Punta Roca.

En ese viaje conoció a quien se convertiría en su esposa y, a la hora de responder el motivo de su cambio de hogar, dijo que le leyenda dice que quien toma agua del Río Chilama se queda en el Río Chilama, y él tomó agua, largando una gran carcajada.

Bob atravesó los setentas donde dijo que vio todo tipo de locuras porque varios de los que llegaban eran “piratas” y a eso se refiere cuando fue consultado sobre las cosas más locas que vio por ahí, en lugar de contar sobre un swell memorable o un tubo de algún pro.

También pasó por toda la guerrilla, una de las más violentas Latinoamérica y luego atravesó la profesionalización del sufing latino siendo su hijo, Jimmy, uno de los más talentosos en surfear ahí.

Bob se emociona a la hora de hablar de la gente salvadoreña y de la mala fama que hay o que hubo alrededor del país y la inseguridad; “la mejor gente del mundo, en este bendito país.

Lo escrito son solo algunos pasajes de lo que vivió Bob en una vida relacionada con una de las mejores olas del mundo, en el video, hay más.

Comentarios: