Los números no importan, pero cada tanto son una buena excusa para detenerse a pensar sobre lo que está pasando y sobre lo que ha pasado.

Si tengo que hacer una reflexión sobre todo lo que ha pasado es que no me da el tiempo para hacer todo lo que quiero, debo, tengo y me planteé hacer.

Con alguna que otra excepción, DUKE, que ha recibido ya más de un millón doscientos de visitantes únicos en este tiempo, ha sido manejado, escrito, posteado, vendido, viajado y curado por quien les escribe. Claro, con contadas muy valiosas y muy amadas colaboraciones.

Me tomo estos cinco años como un punto de quiebre. Un momento en el que entiendo que estamos en un lugar genial, pasada la pandemia, con contratos con varias con las mejores marcas de la industria del surfing, para plantearme que es hora de escalar.

A mí no me gusta el pseudo “periodismo” de surfing que hay en Brasil, Estados Unidos y Europa… Creo que es casi inexistente, o no es serio o es muy alcahuete de las marcas o las instituciones. Tampoco me gustan los ego trips, pero creo que en DUKE hemos logrado, haciendo periodismo, colocar en el tapete notas que pueden no ser las más amigables con la industria pero que entienden que comunicar con profesionalismo es nuestra tarea primordial y por la cual nos ven los que nos ven y nuestros clientes nos eligen.

Me propongo entonces profundizar lo hecho en Hispanoamérica y España, nuestros principales países que nos visitan, pero hacer un énfasis grande en comunicar en portugués e inglés, donde realmente existe poco y nada de verdadero periodismo de surfing.

Esa es mi humilde celebración.

Ojalá en cinco años más, esta carta esté escrita en tres idiomas y con muchos lectores en todos ellos.