Cinco cosas que ya sé que no me van a gustar del 2023

Un listado de de lo que no pinta bien de cara al año que acaba de comenzar


Las WSL Finals

Me desmotiva absolutamente seguir un tour que no se define por las performances de los surfers en las mejores olas a lo largo de todo un año sino que más bien pisotea a todo el año en un día con un formato que deja al azar la consagración del campeón.

Me emociona que dentro de unos días empieza Pipe, pero luego pienso que el que gane poco importa que gane el tour sino que importa que gane las finales.

Es una de las injusticias más grandes de la historia del deporte pero que se hizo más injusta todavía porque se repite por tercer año consecutivo que se realice en Lowers.

¿Es justo que en un spot sin tubos se defina al campeón? Debería, por lo menos, premiarse la variedad… ¿Cloudbreak o las Mentawai? Suena mucho más justo.

Las WSL finals son injustas y más injustas todavía porque se repiten en Lowers. Foto: WSL/Diz

Tantas etapas en derechas

Otra gigante injusticia que se está gestando en la fórmula 1 del surfing: No se puede definir a los top 5 que llegan a las finales en 10 etapas de las cuales solo una se realiza en una izquierda definida (Teahupoo).

Sunset, Bells, Margaret River, Punta Roca y J Bay son derechas o, en el caso de MR puede llegar a haber alguna izquierda pero, como se ha demostrado a lo largo de los años, se surfea más la derecha.

Luego, el Surf Ranch, Supertubos y Saquarema hay tantas izquierdas como derecha, aunque, dependiendo del swell puede ir para un lado o para el otro.

Esto tuerce claramente la balanza a favor de especialistas en derechas, sean goofies o regular y no lo hace de todo justo al tour.

Hay quienes no se están viendo favorecidos con tantas derechas. Foto: WSL/Ryder

La etapa del CT en la piscina de Kelly

Es aburrida la etapa en la ola de Kelly y por eso se la quitó durante un año. A los surfers no les gustó que ahí se realice… Aquello que se pensaba podía ser bastión de lo progresivo se convirtió en todo lo contrario: Conservador y repetitivo.

La decisión de traerla nuevamente seguramente viene de la actitud marcada del CEO Erik Logan de que la WSL empiece a ganar dinero.

Todo el mundo dice que los dueños de la WSL han perdido mucho dinero con la misma y que con Logan tienen la esperanza de por lo menos no seguir poniendo plata.

Logan dice que el 2022 fue el mejor año de la WSL en términos financieros y de audiencia. Todo indica que sigue la misma línea en 2023 por el mismo motivo.

Un mal cambio para este año: La etapa en la piscina de Kelly. Foto: WSL/Morris

Que Brasil va a seguir ganando

No es que tenga nada en contra de Brasil, pero una final en Lowers y un Medina y un Toledo logrando el top 5 hace difícil pensar que no vaya a repetirse la tendencia que viene sucediendo desde 2018.

La última vez que un no brasileño ganó el tour fue John John en 2016 y 2017. El resto, desde 2014, lo ganó Brasil.

Solamente me parece que el formato favorece a los verde amarelos y que es hora de ver variedad. Una final en The Box, en Indo, en P-Pass, ¿no cambia los favoritos? Estaría buenazo verlo así.

Difícil no pensar que entre estas dos fieras y el zafado de Italo se va a quedar el título mundial 2023.

Influencers pseudo surfers

Hemos hablado de esto y generó polémica, o más bien aprobación en el mundo del surfing más core: Las filiales de las marcas que ignoran al mundo del surfing pero quieren vender con su imagen contratan seres con seguidores e imagen surfer pero que nada tienen que ver con el verdadero mundo del surfing.

Es una corrección que debe hacerse porque se mantiene y es injusta tanto para las marcas como con los surfistas.

El surfer de verdad tiene seguidores y capacidad de mostrar el producto relacionado que se quiera. De hecho, hay varios surfers talentosos que han logrado amplificar el mercado de una merca desde su lugar de buenos surfers. Es a estos que debe ir el dinero y no a personas que tocaron tres veces el mar.

 

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