Foto de portada: ISA/Ryder

En unos pocos días se anunció el regreso de 19 títulos mundiales: Carissa, John John, Steph y Medina.

El último se había lesionado y nunca tuvo intención de irse y podría llamarse excepción en este planteo.

Pero el resto se fue porque tenía ganas. Si el CT fuera lo que era antes no se hubieran ido, o se hubieran ido menos tiempo.

La respuesta a la pregunta es, obviamente: Las dos cosas.

A la WSL le sirve tenerlos a ellos y ellos quieren volver si el circuito es atractivo, sin injustas finales y con las mejores olas del mundo en el camino a definir en Pipe. Como era antes.

Es decir, el circuito siendo nada que ver a lo que había diseñado el mega kook de Erik Logan.

Entonces, a todo el mundo le sirve. Los fans ganan, los surfistas ganan y el tour gana.

La única duda imposible de responder es ese intento horrible que siempre tuvo el surfing y que nunca dio resultado de convertirse en un deporte mainstream como el tenis o el fútbol y nunca logró.

Seguro este no es el mejor intento. El tour vuelve a sus raíces, en donde nunca fue mainstream, pero, quién sabe, ¿tal vez algo raro sucede?

Yo no me quejo. Estoy feliz por el regreso de estos surferazos y no hay dudas que el de 2026 va a ser el mejor tour de los últimos cinco años.