El día que la WSL perdió contra el Panamericano

Que Daniella Rosas y Alonso Correa hayan elegido estar en Lima y no en Hawái o Taiwán son un signo gigante de que la ola olímpica está golpeando con fuerza


El efecto de la inclusión del surfing en Tokio ha generado situaciones inesperadas para el deporte: Gobiernos enteros que anteriormente se mostraban reacios a dar dinero a los surfistas, ahora miran con amor a las olas y abrieron la billetera, surfistas que toda la vida habían confiado en la empresa privada para sobrevivir, ahora prestan atención a las secretarías de deporte de los gobiernos y el dinero que de ahí viene; y, entre otras cosas, en estos últimos días se sumó una perla más: Hay surfers que prefieren competir en el círculo olímpico que en la siempre alabada WSL.

Unas semanas atrás, Daniella Rosas de Perú, que es juvenil y había clasificado al mundial junior de la WSL al que solo van las 18 mejores surfers damas de hasta 18 años, eligió quedarse en Lima para representar a su país en los panamericanos de surf que clasifican a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, el segundo evento multideportivo más grande del planeta.

Ayer, en Sunset Beach, el peruano Alonso Correa no apareció, con aviso, en su serie de ronda 4 de la World Cup of Surfing en el día final del evento, prefirió salir corriendo para Lima y no perderse su participación en el evento panamericano.

Si ganaba en Sunset el peruano prácticamente se clasificaba al CT, pero eligió el camino de regresar a Perú y defender su bandera. De contraparte, los 2100 puntos que recibía por ubicarse 25º en el torneo no se lo sumaron y, de todas formas terminó el año en un muy respetable 51 del mundo.

Correa enfrentó seguramente la que fue la decisión más difícil de su vida. Consultado por DUKE, confirmó que competirá en Punta Rocas y que prefería referirse al caso luego de que termine el torneo.

No hay muchos casos que puedan contarse en los que un surfer deje de lado sus esperanzas de CT por otro compromiso. Este camino que tomó tanto Daniella como Alonso son un signo gigante de cómo están cambiando las cosas.

Ambos atletas son parte del plan panamericano y olímpico peruano, y este camino se lo han tomado tan en serio que dejaron de lado sus compromisos en la WSL. Algo que un par de años atrás habría sido completamente impensable.

Alguien en alguna oficina de la WSL debería estar diciéndole a la CEO, Sophie Goldschmidt, que preste atención, que hay otros torneos alrededor del mundo que le hacen competencia a los suyos y que en algunos lugares empezó a perder terreno.

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