Desconozco completamente la interna del surfing olímpico y dudo que los máximos cargos de la televisión, el COI y las federaciones lo compartan conmigo. Pero hago un razonamiento bastante lógico que creo que tiene sentido y que en Tokio 2020 probó ser correcto.

Se necesitan cuatro días para hacer el surfing olímpico y estos cuatro días están anotados en el programa de los Juegos Olímpicos, se puede ver en los manuales: 27 al 30 de julio. El resto de los días, lo que va hasta el 5 de agosto, se llaman días de contingencia.

¿Qué sucedió en los juegos olímpicos pasados? No se usó ningún día de contingencia. Sí, es verdad que coincidió la entrada de un swellcito con la fecha marcada para el comienzo del surfing, pero si uno analiza lo que pasó en detalle, la estrategia podría haber sido otra.

Después de un prolongado flat ingresó una ola divertida para el día 1 de competencia. Olita que fue subiendo hasta que el día final una tormenta se desató, con viento fuerte on shore, lluvia y algunas olas overhead. Fue el día más grande del periodo de espera pero fue el más desprolijo.

Al día siguiente, el line up de Shida Shita estaba liso y con muy buenas olas que solo surfistas y staff permitido podían usar. Las olas de ese día y del día siguiente fueron mejores en calidad que las de todos los días anteriores. No en tamaño, es cierto. Pero habrían mostrado un espectáculo lindo para la televisación del surfing olímpico pero principalmente habría sido un mar bueno para mostrar buen surfing.

¿Por qué no se largó esos días? La respuesta debe ser que aseguraron en esos cuatro días pero estoy seguro que también pesó lo del tiempo oficial de juego y el no uso del periodo de contingencia.

Porque la realidad es que: Vaya uno, surfista, a explicarle a las grandes señales de televisación de todo el mundo, especialmente en el primer intento que hacía el surfing en los Juegos, que no hay olas y que al día siguiente capaz que sí o tal vez al siguiente.

Vaya uno a explicarle eso al mundo entero, a la mayor audiencia que el surfing jamás tuvo.

Entonces, si bien es verdad que el surfing hizo méritos como para ganarse sus palmadas en la espalda por parte del mundo olímpico, sigue pesando el querer estar en sintonía con las masas y no complicarle la vida para que vean el espectáculo.

Por esto da miedo ver en el documento de los juegos que el comienzo de la competencia va el 27 y el fin, literal, va el 30. Y luego se habla de “periodo de contingencia” y el 5 de agosto es “día de reserva”.

Debo decir que veo como cosa buena que se está hablando mucho más del 27 al 5 pero lo que está escrito es eso: 27 al 30 surfing, 31 en adelante, días de contingencia.

Esto se traduce en que tengo toda la impresión que la intención, o la preferencia de las autoridades del evento es sacarlo en esas fechas porque el COI, las señales y todos los demás afuera del mundo del surfing, no entienden nada del deporte y se creen que eso es lo que va a pasar.

Hay muchas más piezas que en un evento de la ISA o de la WSL que controlan su propia transmisión.

Aquí hay Olympic Broadcasting que manda su señal a las gigantes potencias que compran por millonarios números el derecho de transmitir y venden publicidad por mayores y más millonarios números (si no, no lo comprarían). Ellos no quieren muchas complicaciones y poco les importa que el mar esté épico, detalle por detalle, como el público que entiende quiere. Ellos creen que las hermosas olas tahitianas de agua transparente son un show igualmente.

Me hace acordar a la inflexibilidad que hubo con las series de ronda 2 del año pasado, en la que había que esperar a Carlos Muñoz… O más bien, podía esperarse a Carlos Muñoz, y no se hizo. Yo creo que el director de Olympic Broadcasting y todos los canales gigantes tenían su programa e iban a respetarlo al pie de la letra y que el surfing no quería dar ninguna señal de desorden.

Entonces, ojalá esté equivocado, ojalá el periodo entero sea considerado para la realización del torneo. Pero no tengo dudas que toda esta gigante estructura se tiene en cuenta a la hora de tomar las decisiones y estas pueden ir en detrimento de la calidad de las olas.