Así describió la ola el propio protagonista: “Ese tubo fue increíble, de verdad. Yo llegué a Brasil, y no sé, me acordaba de la última vez que había ido que eran más tubos en Noronha. Y las ondulaciones estaban muy buenas. Había momentos buenos pero pocos tubos.

Me agarré un buen tubo de derecha al principio de la semana y parece que, no sé, Noronha es una ola más difícil para backside, creo, vi mucho goofy agarrado buenas izquierdas, buenos tubos, y me había quedado con eso en la cabeza: ‘Me quiero ir con una de izquierda buena, Me quiero ir con una de izquierda buena’, y ese día, el lunes después del campeonato, después que perdí, fui al aeropuerto a ver si podía cambiar el pasaje y al final me dije que no, la previsión empezó a mejorar para el lunes y me dije: ‘me quedo y aprovecho’.

El lunes nos levantamos tempranito y el mar estaba increíble. Te juro, parecía un Pipeline brasilero. La ola como que tiene una piedra atrás que rompe y viene como Banzai como cuando está grande, rompe atrás bien espumada y se dobla así, ¡waaa! Y hace el tubo abajo. Puta, había unas olas lindas.

En esa ola estábamos ahí, todo el mundo se estaba respetando, estaba bien tranqui el crowd y me vino, la remó el Deivid Silva y yo la vine remando de atrás, y fue como que estaba debajo de él, más deep, más abajo y como vio que la remé él ni la remó.

Ni la remé casi, porque fueron dos remadas y boom, ya me puse de grab. La ola es super rápida en Noronha, mismo que parece que va a abrir y es como que waaa. La agarré así e hice pump así bien para adelante porque vi que me había tirado con toda, pasé un foamball y vi que se me cerraba y no sabía si iba a llegar. La saqué con la punta de los pies. ¡Wow, fue todo re rápido, re intenso y pensé que no iba a salir, qué bueno!”.