Foto de portada: WSL/Dunbar 

El tiempo fuera de los surfistas del tour mundial es el más largo de la historia. Si clasificaste a las finales va de septiembre a febrero, si no clasificaste, de agosto a febrero.

Es decir, un atleta profesional en un deporte profesional tiene cinco meses sin eventos o eventos que no le significan nada.

Medina, Seth Moniz, Leo Fioravanti, Kanoa Igarashi, pueden competir en los dos challengers que restan o ir a molestarle la fiesta a los QS warriors… Tal vez participar de algún evento invitacional, pero la realidad es que no hay nada de peso en sus agendas de aquí hasta febrero de 2025 cuando se espera que comience el evento de Pipe que da por comenzada la temporada.

Barton Lynch lo dijo en entrevista con DUKE hablando de la salud mental de los surfistas, de que antes estaban el año entero en la ruta. Y es cierto que tampoco hay que irse al otro extremo. Pero es real que los surfers profesionales jamás tuvieron tantas vacaciones como tienen ahora; en otras palabras, tiempo para reconfortarse y poner las cosas en su lugar.

Es cierto también que los surfers en esta situación son los menos, 10 mujeres y 22 hombres; pero son justamente los mejores del planeta según los rankings.

El punto cierto era el tour de los noventas y 2000, las 10 u 11 etapas que consagraban al campeón mundial en Pipe y los eventos del QS que corrían en paralelo al que se podía o no se podía ir (yo soy partidario a que no deberían poder los de la A participar en la B), pero igual es un mal peor que el que tenemos ahora.

Hay señales en la WSL de que vientos de cambio están acercándose, por lo menos moverán el corte de mitad de año a un dos tercios, ha trascendido, pero parece que todavía falta para que se vuelva al verdadero y justo dream tour.