Cobertura especial presentada por Surf City - El Salvador Travel

 

De El Sunzal a El Tunco hay unos tres a cinco minutos de caminata. Siempre es mejor hacerla con marea baja, como en el video.

El pueblo es bien pintoresco y cuenta con todo lo básico para pasarla bien y también para nutrirse de víveres. Es decir: Hay todo tipo de restaurantes, bares, fiestas, supermercados, cafés y obviamente, pupuserías.

Las cinco actividades que elegimos hacer fueron:

-Tomar un café en el pintoresco Point Break. Muy rico por cierto, el café es obviamente salvadoreño, de Santa Ana, una capital cafetera de un país cafetero.

-Comer una pupusa en la pupusería El Sol. A dólar la pupusa, es increíble. Yo vengo hace muchos años a El Salvador y desde que recuerdo cuestan un dólar esas pupusas.

Elegí la de queso y jalapeños, mi amor por el picante siempre me puede.

-La raspada de César es otro típico de El Tunco. Básicamente es el trozo de hielo cortado para que entre en el vaso y saborizado con todo lo que se te ocurra. Elegí coco, fresa y piña. Le puse crema y ese dulce con trozos de coco. Una delicia.

-Surfear La Bocana, claro. Una de las más emblemáticas olas de El Salvador, una de las pocas izquierdas, que como venimos diciendo (todo queda cerca), quiebra a un kilómetro aproximadamente de El Sunzal. Es una locura la cantidad de olas que hay.

Y sí, me saqué la foto con el logo de Surf City y la tabla que stá ahí.

-El paseo terminó con la clásica selfie con El Tunco de fondo. Esa piedra, se supone es un chancho boca arriba y sus dos manos. Hay que tener una imaginación prodigiosa, gigante, para verlo.

En internet hay varios ejemplos y yo sigo sin encontrarle la vuelta.

Ah, claro, y acá está la selfie.

De nuevo, quedó claro esa gran bondad que tiene El Salvador: Todo cerca y de todo mucho y de todo lindo y pintoresco. Como El Tunco y las cinco cosas que se pueden hacer ahí.