Le dolió a Kelly y nos dolió a todos

Algunas reflexiones sobre la que pudo haber sido la última serie del mejor deportista de la historia en el circuito mundial de surf


Cobertura especial presentada por LineupSurf  - Foto de portada: Slater por WSL/Ryder 

Le dieron el ocho a Yago y un freezer le cayó arriba al mejor de la historia. Slater bajó la cabeza y dejó que toda su carrera, tal vez el final de la misma, le atraviese el cuerpo.

“Todo estaba bajo control, ¿cómo se me pudo ir de las manos esta serie?”, habrá pensado primero. “¿Qué voy a hacer ahora? ¿Fue esta mi última serie en Teahupoo?”, se habrá preguntado después.

La realidad es que Kelly dijo que si llega a clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024 (su chance es bastante baja), él se retirará definitivamente, pero como se lo vio ayer de motivado, parece lejos del retiro y lejos de haber perdido el nivel para estar entre los mejores del mundo. Sí, a los 51 y también a los 52, 53, 54, etcétera.

Se escribe y suena una locura que compita contra los mejores a un alto nivel a la edad de una persona que está pensando en la jubilación del trabajo de ocho horas, la artrosis y la prótesis de cadera.

Pero es real: Puede haber sido la última participación de Slater en un evento del circuito mundial, la última como competidor integrante de la élite y me duele en el alma que se vaya de esa manera; una de las formas más dolorsas de perder: Todo bajo control, restan 90 segundos, con prioridad y viene una serie. Él habrá pensado más en la vuelta de la victoria y en meterle un poquito más de presión a Dora y detrás de la cabeza en que podía venir algo atrás.

Pues en esos 90 segundos le salió todo mal: No mejoró su puntaje, estuvo 0,2 debajo de hacerlo y en la siguiente Yago se metió un largo y no tan profundo tubo que le dio el puntaje y lo terminó derrotando por 0,24.

El ocho de Yago fue unánime pero podría haber sido el puntaje como no (necesitaba 7,76); creo que las olas de Slater fueron más pesadas y grandes y sus tubos más profundos y la del brasileño tuvo su factor dramático pero lo anduvo al tubo, no se frenó demasiado, podría haber estado más profundo. Si yo hubiera sido juez, no se lo daba… Es mi humilde opinión.

Pero eso no es lo importante. Ahí se quedó Slater, primero bajó la cabeza y luego, sentado en una tabla y agarrando la otra, contemplando la vida, lo que acababa de suceder y lo que vendrá ahora en uno de los lugares en los que más gloria tuvo. Se notó que esa derrota le dolió como pocas y seguramente porque puede implicar que sea la última.

Al rato, con el buen espíritu deportivo que no lo caracterizó siempre, lo saludó a Yago e intercambiaron unas palabras.

Y, como siempre, como fan del GOAT, me partió el alma verlo perder y más verlo perder así. Se me deshizo la cara cuando vino esa ola y mientras que Yago pumpeaba y la ola seguía rolando yo no lo podía creer. Cuando vi los puntajes, siguió cayéndoseme la cara y finalmente vino la aceptación de que tal vez jamás lo volveré a ver y que es posible que se haya terminado una era, la del mejor de la historia y seguro, la más entretenida.

Siempre he dicho que un evento con Slater es el doble de divertido que sin. ¿Qué será del tour sin él si es que realmente se va?

¿Acabamos de presenciar el fin del más grande? Será, una vez más, entretenido averiguarlo.

Yo realmente no creo que Slater esté convencido del retiro. No lo veo diciendo: “Cuelgo los guantes y no vengo nunca más”.

Pero como siempre, con Slater nunca se sabe.

 

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