Lo que hay en la cabeza de los surfistas que fueron al agua este fin de semana

Un contrato social que rompe una parte, será luego roto por todas


Foto de portada: La Pedrera durante otra marejada, meses atrás. Foto: Zanocchi 

Los surfistas que fueron al agua en Uruguay este fin de semana, estuvieron mal y no hay doble lectura sobre esto. Sin obligatoriedad decretada, haya o no pedido del gobierno de quedars en casa, la sola consciencia que el moverse y generar aglomeraciones fomenta el esparcimiento del Covid 19 debería ser suficiente como para quedarse en casa.

Incluso con el Windguru mostrando la mejor marejada de los últimos meses, no estuvo bien ir al agua y mucho menos los que recorrieron muchos kilómetros (estando en contacto con más gente) y se concentraron en el mismo lugar (estando en contacto con más gente) como si fuera un día cualquiera, cuando la gente se está muriendo, familiares y personas cercanas en un país en el que más o menos todos nos conocemos.

En un país en el que lo que más deseamos es que esta pesadilla sanitaria, social y económica se termine, tomar la actitud de “soy surfista y me chupa todo un huevo” no parece ser la mejor estrategia en un entorno como el descripto.

Es claro que nunca en la historia del Uruguay se tuvo tanta consciencia de que en este país hay surfistas; los informativos, ministros, periodistas, humoristas y representantes del Poder Ejecutivo le dedicaron algunas palabras, no de cariño, a la “tribu”.

De acuerdo a lo que DUKE pudo consultar en base a lo que varias personas cercanas o no tan cercanas compartieron en redes y grupos en servicios de mensajería, los surfers que fueron al agua lo hicieron conscientes de que contrariaban el contrato social que todos deben cumplir pero argumentando que lo que vale para todos también vale para ellos. Se dijeron: “Si familias enteras pueden salir a caminar y otros a correr en grupo por la rambla, que se usa como lugar de reunión, por ejemplo, por qué el surfista no puede ir al mar”.

Las playas que salieron en los informativos mostraron las que tuvieron bastante gente en el agua, las que trascendieron, pero este fin de semana hubo surfing desde Montevideo a Barra del Chuy. Muchos surfistas solitarios fueron al agua en lugares donde no hubo nadie, ¿cumplieron con el aislamiento social? No me toca responderlo. Su lógica fue que sí.

¿Cumplen con el aislamiento las ferias? ¿Las filas de los bancos? ¿Los bares y heladerías que siguen abiertas? ¿Las personas que jugaron al fútbol este fin de semana? No me toca a mí responderlo. En un grupo de WhatsApp del que soy parte un surfer expresó: "Es más peligroso ir a la feria que ir al agua", adjuntando una fotografía de la feria ese día, colmada de gente... Para el surfista que fue al agua, claramente no se cumple en los mencionados sitios el aislamiento, al menos eso fue lo que comentaron las fuentes consultadas.

Hay otro punto, que en realidad no pensó tanto el surfista que fue al agua este fin de semana, sino que más bien actuó por instinto: “El mar está épico y no me aguanto”, esto es muy difícil de entender por el pueblo y claro que suena tonto, pero para muchos surfistas que le saquen el surf es equivalente a que le quiten un pulmón, un hijo, etcétera (suena tonto, y más en tiempos de crisis, pero así se expresan).

Tan es así que en los mismos países en los que está explícitamente prohibido surfear (en el que corrieron a tiros a los surfistas), los surfistas (incluyendo campeones del mundo que fueron defendidos por el mejor surfista de la historia) igual fueron al agua.

Pero por encima de todas las cosas: Como lo dijo el propio Luisma Iturria y otro grupo de surfers legendarios que postearon en redes: Fueron muy egoístas; lo que vale para unos, debería valer para todos, si nos comprometemos todos, todos vencemos al bicho.

Y esto, hay que decirlo, claro, también se aplica al egoísmo de todos los que salen a pasear a la rambla, se reúnen en veredas, juegan al fútbol y todos los demás que no cumplen la cuarentena que pide el gobierno como se debe.

La misma campaña que se emprendió en contra de los surfistas, debería emprenderse en contra de todos los demás que están dañando a la sociedad en tiempos muy graves de crisis. No vemos enfocadas en los medios ni por las autoridades a las personas jugando la fútbol o reunidas en la rambla y que las hay, las hay.

El punto es que tanto surfistas como resto de la sociedad se deben el mismo compromiso porque mientras que siga valiendo una cosa, lamentablemente, también valdrá la otra.

Y no se dice esto con ánimo de defensa a nadie sino simplemente denunciando todas las realidades que están mal y que si no se corrigen no vamos a vencer jamás al bicho de mierda este.

Un contrato social que rompe una parte, será luego roto por todas.

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