Poniendo en perspectiva la histórica ola surfeada por Ramón en Cloudbreak

¿La ola del siglo, del año, de la historia?


Suele suceder, cuando hechos tan impactantes como los olones del domingo en Cloudbreak, que los titulares de los medios y de los propios surfistas sueltan fácilmente el “mejor y más grande de la historia”. En la historia, ¿dónde se para esta marejada? Y, muy especialmente, ¿dónde se para la ola de Ramón?

No es fácil determinar este tipo de cosas, sin ir más lejos, cuando Ramón salió del agua de haber surfeado esa ola dijo en cámara a sus seguidores de Instagram que “creía” se trataba de la mejor ola de su vida y más tarde se convenció de que realmente lo fue. Que lo diga Ramón, que surfeó la ola del Eddie de 2009 y el swell gigante de Cloudbreak en 2012, y que vive en Punta de Lobos bajando permanentemente olas increíbles, no es poca cosa.

Hay un par de momentos históricos que pueden usarse como ejemplo para comparar y determinar que tan épica fue la ola de Ramón: Una es aquella ola del swell del CT de 2012, la que Mark Healey pasó raspando cuya foto tapó las portadas de cuanto sitio uno pueda imaginarse (sesión de la que Ramón fue parte, llevándose una de las mejores del día).

Otra ola fue el bombazo impresionante que surfeó Nathan Fletcher en Teahupoo en el Code Red Swell también de 2012, fue surfeado de tow in y terminó ganando la surfeada del año de los XXL Awards.

Ambos momentos ingresaron en la historia del surfing y jamás serán olvidados.

Según cuenta Mark Healey, luego de que pasó por esa ola, pedazos de corales que durante miles de año estuvieron ahí, salieron a flote, que los surfistas comenzaron a ser picados por piojos de mar. Lo que quiso explicar el hawaiano fue que esa ola era un “unicornio” porque había sido capaz de mover ese milenario arrecife de una forma que nunca se vio.

La ola de Ramón parece la misma de la que Healey habla, tal vez un pelín menor, pero con la gigante diferencia de que el chileno está colocado, surfeando uno de los tubos más gigantes de la historia. Precisamente, el chileno le dijo a Surfline: “Esperé unas dos horas por esa. Con Kohl Christensen estábamos hablando de esperar por una como la que Healey le pasó por abajo. Y lo hicimos. Esa ola se chupó demasiado, todo lo que pude hacer fue que mi nariz apunte hacia abajo”.

Luego, vale la comparación con la ola de Fletcher porque si bien es menos perfecta, corta y violenta (es otro lugar, otra forma de ola, lo termina derribando al surfer), pero el tamaño del tubo y de la ola es menor. Pero el bombazo de Ramón tiene un poco de gusto a Chopes, pasada de vertical, debajo del nivel del mar; de nuevo: Más grande y más larga.

Son olas distintas, es cierto, pero es bueno tomar para comparar una izquierda mutante surfeada de tow in para establecer que la ola de Ramón fue histórica.

Pasará un tiempo para que la adrenalina se calme, para que se pueda revisar las imágenes de todos los ángulos, pero teniendo en cuenta lo dicho arriba, la ola de Ramón sin dudas ingresó en la historia, será muy difícil que alguien le saque esta vez la “Ride of the Year” de los Big Wave Awards. Especialmente porque, tal como lo dijo Slater, lo que sucedió ayer fue como cuando el hombre pisó la luna.

La mejor, más grande y perfecta jamás en ser surfeada en Cloudbreak, sí. Sobre eso no hay dudas.

¿La surfeada del año? Seguramente también.

¿La del siglo? Es muy difícil responder esa pregunta. Lo que queda como parlamento principal en esta situación es que es indudable que la ola de chileno ingresó en la historia y se tendrá siempre en cuenta como un punto de comparación de ahora en más tanto en Cloudbreak como en cualquier otro lugar del mundo.

Algunas opiniones en redes de algunos sabios surfers:
-Kelly Slater: “Wow es todo lo que puedo decir (…) Un billón de personas deberían haber visto lo que sucedió hoy. Fue como la gente que logra ir a la luna… Y que mañana dice que jamás sucedió.

-Gabriel Villarán la llamó la surfeada del siglo.

-Miguel Tudela se preguntó: ¿La mejor ola surfeada de la historia? Y señaló con hashtags que se trata de la ola del año y del tubo del año.

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