Recordando el histórico ALAS de 2005 en El Salvador

El corte de la película Cuentos del Mar que repasa el suceso, la final del querido local, Policía Albarenga con el relato de su director, Jose Madalengoitia


Presenta Surf City El Salvador - Por Jose Madalengoitia

Aquel campeonato que registré en el año 2005, fue un ALAS que se realizó en Punta Roca con unas olas increíbles. Estaba increíble, era como el espejo de Jeffreys Bay. Lindas olas.

Estaban todas las estrellitas del surf latino. En esa época quien era el más reconocido latino a nivel mundial era Jimmy Rotherham porque había salido en un video de Quiksilver que se llamaba Young Guns. Él dio muchísimo que hablar, los gringos se quedaron sorprendidos con su surfing. Él venía con todo este background de ser el estrella.

Comienzan a competir y a pasar series todos. De El Salvador los más fuertes eran Jimmy y Policía, Wilber Alvarenga. A medida que avanzaron las series, hay un momento en el que se encontraron, en cuartos de final. Las dos cartas locales que quedaban para llegar a la final.

Tuvieron que enfrentarse en un heat de cuatro personas, no recuerdo bien quiénes eran los otros dos. El heat estuvo interesantísimo. Había tres posibilidades: Que pasen los dos, que los dos queden eliminado o que uno de ellos pase y el otro no.

Jimmy no encontró tan buenas olas y Wilber Alvarenga estaba encendidazo, corriendo increíble; es su playa, la conoce mejor que nadie y, llega un momento en el que entra una ola y era prioridad para Jimmy. Él la podía agarrar y hacer un puntaje bueno pero con eso igual no le daba para pasar a la siguiente serie.

Como él no tenía las posibilidades, en un acto de caballerosidad y de patriotismo le cedió la ola a Wilber que estaba justo atrás de él. Wilber la agarra, la hace añicos y pasa a semifinales.

De ahí la historia se desenvuelve en que Wilber llega a la final y el público salvadoreño se vuelve loco. Creo que todos compartimos esa felicidad.

El hecho de haberlo retratado y tener todos los momentos claves de cómo se fue desenvolviendo me pareció que era una historia increíble para Cuentos del Mar, que básicamente era una recopilación de este tipo de situaciones que me sucedían en un periplo alrededor de Latinoamérica.

Me pareció una excelente historia, con puntos de inflexión, con situaciones de drama y con una resolución feliz. Eso es lo que me acuerdo de ese evento. Y sobre todo que las olas estaban increíbles. Increíbles.

Otra cosa que me acuerdo es que hasta ese momento nunca había vivido un campeonato con tanto público, tanta barra, parecía un partido de fútbol.

El pueblo salió sin conocer mucho de surf y fue entendiéndolo en el proceso de los días del campeonato. Había banderas, tambores, una banda ensordecedora. Cuando filmaba en el agua, se escuchaba fuerte desde adentro. Si yo fuera competidor sentiría el apoyo ese, que intimida. Era una sensación muy bonita. Banderas por todos lados, gente disfrazada, como si fuera un estadio de fútbol, increíble.

Cabe resaltar como esa primera vez que hubo ese campeonato tan grande en El Salvador la gente acogió al surfing muy bien. Sin conocer de verdad las reglas, se fueron adecuando y tratando de entender. Yo he venido después varias veces y veo que el surfing ya es parte de la cultura costera del país. Tan así que ves señales en la carretera donde se avisa que ahí cruzan surfers.

El gobierno como apoya el surfing es alucinante, se han dado cuenta que es un medio para hacer conocido a un país, como tantos países que se han hecho fama a partir del turismo surfer.

Ahora el contraste de ese campeonato con este, con una pandemia de por medio y en el que no puede haber público en playa, es gigante.

Es otra cosa estar al frente de la ola alentando a tus surfers, como lo hacen acá, y otra cosa es estar en la soledad de tu casa mirando una laptop. Va a ser extraño de todas maneras.

Que es un país que ha abrazado al surfing y lo ha hecho parte de su cultura costera, es indudable.

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