Vibrando las finales y sufriendo para que lo injusto no suceda: Carissa y Filipe ya son campeones

En lugar de vivirlas como un espectáculo deportivo, las miro solamente pensando que el trabajo de todo un año no se tire a la basura porque una ola no vino o una lesión tuvo lugar


Tengo el mismo sentimiento que el año pasado. Vibro las finales de la WSL no porque puedan ser excitantes deportivamente (no lo son) sino porque con mis ojos y alma quiero que se evite la catástrofe de que, quien a mis ojos ya es campeón del mundo, termine perdiendo por este invento de la nueva y “dramática” WSL.

Todo ese drama y la mencionada “excitación” se genera implemente porque a alguien (Erik Logan) se le ocurrió hacer la locura tan gigante que consiste en que una persona que hizo 14.000 puntos menos en 10 etapas, pueda igual en un par de series ser campeón del mundo.

¡¿Cómo puede ser que seamos testigos de esta barbaridad por segundo año consecutivo?!

Filipe Toledo y Carissa Moore para mí ya son campeones del mundo, hay quienes hablan de la “temporada regular de la WSL”; lo que antes era básicamente el CT entero y que definía al campeón y que ahora es un preámbulo para esta tontería.

En 10 etapas disputadas en todo tipo de olas alrededor del mundo, el brasileño y la hawaiana le sacaron más de 3000 puntos a su principal adversario en el caso de Filipe y más de 7000 en el caso de Carissa, y más de 14.000 y 10.000 respectivamente al quinto.

Reformulo: ¿Cómo puede disminuirse esas diferencia, producto de un añod e trabajo en distintas condiciones, a una serie en la que las olas pueden no venir, una tabla puede partirse o un hueso puede fracturarse?

Entonces, con ese preámbulo totalmente antideportivo, totalmente injusto, yo vibraré las finales de la WSL, sufriendo para que ganen los que en realidad ya ganaron, los que se lo merecen.

Y, a nivel personal, debo decir: Filipe nunca fue muy digno de mi admiración pese a que tiene algunas cosas marvillosas; no se manda en olas pesadas y no ha hecho mucho para mejorar en ellas y entre las damas, la mejor para mí es Stephanie.

Lo que quiero decir es que las finales permitirían que un surfer que a mí me gusta más, como Jack Robinson (que se manda en olones) o Ethan Ewing (maestro de la fluidez y los fundamentos), terminen ganando el título, pero sinceramente no lo celebraría.

El título ya es de Filipe y ya es de Carissa y ojalá que esta locura creada por un simpático y carismático mono con una ametralladora, primero consagre a ellos dos y, segundo, sea la última vez que se hace.

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