Cobertura especial presentada por Surf City - El Salvador Travel - Por Marcelo Castellanos - Foto: WSL/Hughes

Ese aéreo y toda esa emoción hay una parte interna que es la que no he hablado. Y es lo que significaba ese aéreo… No era solo un simple aéreo, no era que estaba compitiendo con Ítalo, no era solo eso.

Era el contexto, era de donde venía Bryan. Venía de una operación de rodilla, no había competido, ya le habíamos metido al entreno pero no habíamos practicado ni un aéreo porque estábamos cuidando la rodilla; habíamos dicho y hablado que no iba a arriesgar mucho.

Pero antes de esa serie hablamos y dijimos: “Hacé lo que sientas, lo que tengas que hacer y dale con todo”. No hablamos de aéreos. Pero de ahí él sabía lo que necesitaba, vio la oportunidad, vio la rampa y él ya estaba en full modo Pink Panther y tiró el aéreo y cuando lo tiró lo primero fue la emoción de ver pero también los nervios de que no habíamos estado haciendo aéreos por lo mismo, por cuidarse la rodilla… Y no fue que tiró un aéreo pequeñito sino que se fue a los aires.

Entonces es que nada, eso es parte de toda la emoción… Fue ver que lo había caído, ver que el score había sido excelente pero tambien por el contexto de donde venía, que es que no sabíamos ni siquiera si iba a estar listo para surfear el evento y de ahí a tirar un aéreo de esa categoría fue super, super emocionante.

En resumen, esa gran emoción era por lo mismo, porque no era un simple aéreo sino que era la acción de decir: “Estoy bien, listo, vamos con todo” y todas las metas que teníamos y el enfoque en los juegos olímpicos seguía despierto.

Porque si una lesión tan reciente daba incertidumbre, no sabíamos si iba a volver al 100% y ese fue el sello… Como diciendo: “¡Pum, aquí estoy de regreso y estoy con todo!”.