Al principio hubo un poco de incertidumbre si el surfing estaba completamente liberado. Hubo gente que fue al agua y otros que, sin saber qué hacer se guardaron un tiempo más.
En el horizonte marcaba que entraría un swellazo… El permiso confirmado tenía que estar en hora porque si no otro swell más se iría sin ser surfeado.
Sucedió y para algunos la primera sesión tras 80 días afuera del agua fue en un Pico Alto bien desafiante.
La sesión tuvo varias bombas siendo surfeadas en la clásica rompiente del sur de Lima.
Otros escogieron sesiones más tranquilas como Caballeros, para entrar en calor para las marejadas que seguirán entrando en este invierno en el hemisferio sur.
Hubo mucha gente muy feliz por estos días en el país de los incas.
