Cobertura especial presentada por Surf City - El Salvador Travel 

Tres días de evento ya pasaron en El Salvador y una de las máximas que puede sacarse de Punta Roca, al menos en condiciones como las de estos tres días es que la paciencia terminó pagando.

Uno de los pocos puntajes que se fabricaron sin prioridad y en una ola intermediaria fue el ocho de Italo Ferreira en el que hasta la cercanía de las rocas le ayudó a volar por los aires de Punta Roca.

Luego, si uno comienza a mirar serie tras series, todos los que fueron a mantenerse activos en olas intermediarias fueron superados cuando entró la serie.

Y es lo que tiene Punta Roca. Es una maquina de olas que por momento se apaga y parece que es un lago, pero siempre se activa; las series pueden demorar ocho, 10 minutos, pero llegan.

Mirando el día de ayer: Groggia y O’Brien fueron por las intermediarias y les salió mal. Fitzgibbons también y le salió mal (quilla perdida considerada).

Y los que no, como Ian Gentil contra Houshmand y Cleland, sufrieron porque atrás venían olas mejores.

La calidad de la ola buena en Punta Roca, es tanto más buena, tiene tanto más pocket y tanto más recorrido que hace que el potencial de conseguir buenos puntajes sea mayor.

Recuerdan la serie 1 de Alejo Muñiz. ¡La rompió en olas más chicas! ¡Surfeó muy bien! Pero el resto en la de la serie logró desplegar mejor surfing. Y, Alejo aprendió la lección y así pasó su serie de ayer, esperando la buena.

¿Qué pasaría en un día más lento todavía? Y bueno, ahí podría suceder que esa serie que le entró a Miguel Pupo ayer faltando 40 segundos no entre. O mismo la última serie que le dio la victoria a Alan.

Pero todo hace indicar que ya no van a largar el evento en un mar más lento.

¿Y si el mar está más grande? Ahí todo indica que los jueces van a buscar la maniobra en la sección pesada en la ola más grande.

Pero vale decir que en esos días que abundan las olas también abundan las intermediarias por lo que puede ser que alguna serie se defina con olas que no son de la serie.

Lo que es claro es que por ahora la paciencia terminó pagando.