Gary Saavedra solía pedir ride para viajar de Chitré, su pueblo natal que tenía nada o casi nada de olas, a Playa Venao, que era su paraíso.
Cuando iba para ahí, en Venao prácticamente no había nada, ni luz, ni hoteles, ni mercados, ni, claro, nada de crowd. Las olas eran su paraíso y los días se transcurrían en el agua, disfrutando de ese beach break perfecto.
Los paraísos van cambiando, o al menos ese lo hizo, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
Así lo cuenta Gary:
“Playa Venao ha sido una playa mística de toda la vida
En los últimos años se ha empezado a desarrollar y como en todo lugar que eso sucede, se llena de gente, hay más crowd, hay mucha más infraestructura, muchos más lugares para quedarse, ha crecido demasiado.
Ya hay un pequeño pueblito de personas que habitan ahí debido a que hay gente que trabaja en hoteles, cabañas, hostales… O sea que se ha venido desarrollando y obviamente no es lo mismo que antes, cuando nos quedábamos acampando sin luz; ya hay todo tipo de desarrollo.
Trae sus pros y contras pero es parte de un lugar en el que antes solo había gente en los veranos y ahora siempre hay gente, se ha convertido en un lugar turístico; obviamente dirigido más al mundo del surf, pero también hay turistas de todo tipo, ya Playa Venao se convirtió en un destino turístico.
Lo bueno, como todo desarrollo, creo que es que las personas de la zona tiene oportunidades de trabajar y crecer dependiendo del turismo. Hay muchas personas de los pueblos aledaños que trabajan en el lugar y lo malo es lo que se sabe: Contaminación, basura, etcétera.
Pero creo que si hay un equilibrio entre ambas cosas, como en todo lugar que se desarrolla, puede llegar a crecer de una manera ordenada”.
