Lo bueno y lo malo del primer día de la Founders’ Cup

Lejos del océano, ayer se escribió historia del surfing. Aquí se analiza


La historia se escribió ayer. Se hizo un evento de surfing de calibre en una ola artificial de calibre. Las implicancias que tiene esto son demasiadas como para digerirlas en una nota. ¿Habrá un campeón mundial de surf en 2040 que jamás vio el océano? ¿Slater y la WSL acaban de devorarse la esencia del surfing? ¿Querrán todos una piscina de esas en el fondo de su casa?

Las respuestas a estas preguntas serán analizadas por los siglos de los siglos. Pero como un primer esbozo sobre este tema, son mejores los torneos en el océano con olas, pero los que se hacen en piscinas tienen un montón de cosas buenas y también malas.

Ahora toca ver lo que pasó en el día 1 de esta nueva forma de surfear y hacer campeonatos con todo lo bueno y todo lo malo:

Se vendieron todas, las 5000 entradas y según contaron los atletas, la presión se hizo sentir. La brasileña Tainá Hinckel de 14 años definitivamente la sintió ya que fue el atleta con el peor resultado del día. Foto: WSL/Cestari

Malo: No está bueno que la ola sea predecible. Es super excitante al ver eventos de surfing no saber qué va a hacer la ola. Es buena parte de lo que te deja prendido a la pantalla… Aburre saber qué va a pasar.

Malo: Los surfistas tampoco ayudaron, a sabiendas de que son pocas las olas que pueden tomar, arriesgan poco y que arriesguen poco hace que sea aburrido. La predictibilidad de la piscina y la expectativa de cantidad de olas que los atletas van a correr está directamente relacionado con su poco arriesgue.

La certeza aburre. Cada surfer correría hoy tres izquierdas y tres derechas. En el océano confían que Dios les dará una más y arriesgan, acá saben que el ser humano es más tacaño y que no hay fe que valga.

Bueno: Hubo destellos de arriesgue y de querer hacer algo distinto. Especialmente de parte de Toledo que fue de los pocos que no se preocupó por desperdiciar toda una ola y en su segunda maniobra “allá adentro” sacó las quillas y giró 360 grados.

Fue interesante ver a otros saltearse el tubo para finalizar con una maniobra de calibre, como hizo Jordy temprano con su alley oop.

En esa lectura “distinta” es donde se ve que esta piscina está lejos de ser aprovechada al 100%.

Bueno: La certeza permite ir al baño sabiendo que tienes 120 segundos entre ola y ola y que no te vas a perder el tubazo. Permite también la posibilidad de venderle un fin de semana de transmisión a CBS, que CBS haga dinero pero que al mismo tiempo eso vaya a los surfistas que jamás ganaron dinero en su vida. Esto, es considerado por los puristas como el principal motivo del “mal” de Slater y la WSL. Como todo, tiene aspectos negativos y positivos.

Malo: Un evento en un estadio trae los vicios de estos y así terminan los atletas de Australia metiendo un tequilazo antes de surfear.

Bueno: La ola no es del todo predecible, el viento la afecta y tiene segundos en los que cambia. La primera del día (como la que tomó Parko después del segundo receso) viene más lisa. Hubo un tubo de Michel Bourez que lo ejemplifica bien: Él venía bien encajado pero un salpicón en la cabeza le sacó la línea.

Bueno: La ola es exigente. Claro, no es Pipe, pero dejó en evidencia a muchos surfistas que se confiaron y se quedaron atrás, que se cayeron en el tubo, que no salieron, o que terminaron partiendo cuatro tablas como Kanoa Igarashi.

Bueno: Todavía falta mucho terreno por recorrer. Lo que es posible en el surfing y en esa ola lleva un 5% de exploración, tal vez ni eso. Ayer Slater intentó un rolo con el tubo en una izquierda, por ahí seguramente vaya el criterio de los jueces en algunos años.

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Malo: Es una máquina y las máquinas se rompen. Por más que haya sido probada la tecnología, quedó claro que no aguantó la presión de un día entero funcionando. Dos frenos que dejaron en evidencia un error grave por parte de la WSL, seguramente los amigos de la CBS no estaban contentos.

Interesante: Por más que se había insultado mucho el alto precio de las entradas, el estadio se llenó, las entradas más caras fueron las primeras en venderse. En total 5000 personas fueron al medio de la nada a ver el evento. No se saben las cantidades, pero algún peso se ganó por entradas, algo que sucede poco en los escenarios naturales (en Bells por ejemplo se cobra entrada).

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El torneo continúa hoy. Si quieres saber lo que sucedió ayer, cliquea aquí.

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