Parece bastante desprolija la movida que hizo la hasta ahora encargada del tour de longboard, Kirra Seale acompañanada por la WSL, o mejor dicho, avalada por la WSL de dejar su puesto para hacerse de uno de los únicos cinco wildcards que están a la orden para competidoras de todo el mundo.
Básicamente lo que sucedió fue como que Jürgen Klopp decida mañana volver al fútbol, hable con los dueños del Liverpool que se va silenciosamente en buenos términos pero que le den un lugar en el cuadro, lugar que obviamente no va a ser usado por otro aspirante a futbolista.
Hay oscuridad en la maniobra porque siempre que hay un anuncio de este tipo, un cambio de autoridades, en este caso la de Seale por Will Hayden Smith, se anuncia. Como también se anuncia cuando se otorga un wildcard en cualquier torneo o tour.
¿Cómo nos enteramos de esto? Porque se envió un email a los competidores del tour anunciándolo. Muy por debajo de la mesa.
Cuando estén las cinco wildcards (luego de los tours regionales) por ahí pasará Seale en el comunicado.
La WSL es una entidad privada y es libre de hacer lo que quiera, y así es cómo hace y deshace lo que quiera, pero tiene que haber cierta prolijidad en todo esto.
¿No habría sido más digno que ella vaya a buscar su lugar en el tour por el camino difícil especialmente porque tenía un cargo dentro del tour?
Se me ocurre compararlo con el Stab in the Dark y como los surfers desclasifican la tabla que ellos saben es la marca que usan porque consideran que no estaría bien darles el premio; lo sienten como trampa. Como hizo Dane, Jack y recientemente Kolohe.
Perfectamente el camino más fácil era hacerse el bobo y para Kolohe decir que ganó …Lost; su shaper y su entorno estarían todos felices.
Solo el campeón de cada región clasifica al CT de Longboard. Es decir, solo siete longboarders mujeres llegan ahí peleando por su lugar, el resto son las top 10 del año anterior, las cinco wildcards y dos wildcards por evento.
No parece muy feliz que de uno de esos cinco puestos se ocupe de esa manera.
