Cinco motivos que hacen que La Bocana y El Sunzal sean spots ideales para los World Surfing Games 2021

Desde los ISA de Perú en 2010 y 2011 que no se unen dos olas de clase mundial para el campeonato; y no se trata solo de eso


Nota patrocinada por Surf City El Salvador - Foto de portada: ISA/Ben Reed

Desde los mundiales realizados en las olas de Señoritas y Caballeros en Perú en 2010 y 2011 que no sucede que dos olas de calidad mundial se encuentran para satisfacer las necesidades de un doble podio que exige el mundial ISA, manteniendo la calidad de las olas sin importar en cuál de los dos sitios toca competir.

El mundial ISA 2021 será el más grande de la historia, es el último paso para la clasificación olímpica y, por esto, si en Japón el año pasado se vieron 240 atletas de 55 países, es fácil esperar que el número crezca a bastante más, por encima de los 300 y más de 70 países por arriesgar un número.

Un evento así, con repechaje, y una gran cantidad de series necesita un mar consistente y los surfistas, que se juegan la vida en el campeonato, una cancha justa.

El Sunzal y La Bocana parecen tenerlo todo para cumplir este objetivo, no solo por lo que refiere a las olas, sino también por lo que tiene que ver con la acomodación, el entretenimiento fuera del agua y, por supuesto, las pupusas.

Debajo más detalles sobre esto:

Esta panorámica de Ben Reed, tomada previo al mundial de SUP de la ISA lo muestra claro: La punta de en frente es El Sunzal, la boca de un pequeño río pasando la formación rocosa (la que da nombre a El Tunco), es La Bocana. Foto: ISA/Reed

Dos olas de calidad mundial a corta distancia

La Bocana tiene una izquierda y una derecha fuerte, con secciones de tubos y paredes híper maniobrables. Se la puede considerar la Lower Trestles de Centroamérica (ver nota aquí), el fondo es de canto rodado en forma de triángulo que se forma gracias a una ría que se mete en el océano y empuja las piedras (de ahí el nombre).

El Sunzal es una pista perfecta de derechas muy largas, es una de las olas más largas de El Salvador (así lo dijo aquí el localazo Henry Salinas), uno puede surfear la ola desde el point hasta la orilla. Como también contó Salinas, le dicen “fiel Sunzal” por su consistencia increíble. Y, cuando entra el mar, se pone impresionante.

Estas dos olas están separadas por 800 metros de caminata. Desde aquellos mundiales en Perú de 2010 y 2011 que no se veía la unión de dos olas en dos podios simultáneos de calidad tan alta.

Punta Roca quebrando perfecto. Por Billy Watts

La Jeffreys Bay de América Latina a la vuelta de la esquina (y otras olas de calidad mundial ahí cerca)

Una de las mejores olas del mundo, Punta Roca, conocida como la Jeffreys Bay de América Latina, quiebra también consistentemente a cinco kilómetros de distancia. Esto brinda una opción bien atractiva para todos los que vayan a acompañar el evento, especialmente los días que entren olas.

La posibilidad de meterse unos buenos tubos y surfear una ola con más porte está planteada ahí.

Y quien quiera estar más tranquilo, puede disfrutar de El Zonte o Kilómetro 59, manejando unos 15 a 20 minutos.

Luego, los que pierdan temprano tienen la opción alucinante de irse al oriente salvaje y surfear Las Flores, La Vaca, El Toro y Punta Mango.

Solo por mencionar algunas olas que quiebran permanentemente con las constantes marejadas de sur que en mayo abundan.

Vista privilegiada desde un hotel en El Sunzal. Foto: ISA/Evans

Acomodación de buen nivel en un lugar tranquilo y cerca de las olas

Los hoteles en El Tunco (donde queda La Bocana) y en El Sunzal quedan como máximo a 150 metros del océano.

El pintoresco pueblo que debe su nombre a la formación rocosa parecido a un chancho que está en la arena (a unos 50 metros de donde finaliza el recorrido de la izquierda), tiene sus restaurantes y tiendas distribuidas en una muy linda peatonal, pero no deja de perder el encanto de un lugar muy tranquilo.

Al mismo tiempo, varios establecimientos de calidad ofrecen sus servicios en la zona, lo que hace que sea posible surfear todo el día, comer en un rico restaurante y beber un trago en un bar, sin que se pierda la tranquilidad de estar en un lugar aislado y pacífico.

Lo dicho se aplica con más énfasis a El Sunzal, que goza de mayor tranquilidad todavía.

 

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Si te cansas de surfear (la opción que no haya olas no se maneja, no sucede en El Salvador)

A 20 minutos de El Tunco hay dos, de varias, opciones bien atractivas para hacer turismo que son bien atractivas: Las cascadas de Tamanique y el Parque Nacional Walter Thilo Deininger.

El primer destino mezcla aventura con relax, una buena caminata termina en distintas caídas de agua cristalina que crean piscinas naturales, para bañarse tranquilamente o para desafiarse haciendo saltos de distintas distancias.

Por su parte, el parque nacional ocupa 1047 hectáreas con 400 especies de árboles y gran variedad de plantas; algunos de los animales que se pueden encontrar son armadillos, mapaches, taltuzas, venados, serpientes, coyotes, 20 especies de anfibios y 115 de aves. Además se puede hacer rapel o visitar las gigantes cuevas que posee.

Pupusas

El plato nacional, no se puede ir El Salvador y no comer pupusas y no se puede dejar El Salvador sin extrañarlas. Es básicamente una tortilla que puede venir rellena de chicharrón, frijoles, queso o la combinación de todos estos, entre otros tantos sabores.

Si son tan ricas es porque es una tradición culinaria que tiene cientos de años. Historiadores hablan de comida similar en las civilizaciones maya y pipil y el misionero franciscano Bernardino de Sahagún dejó registro en 1570 de una comida de masa cocida, que se mezclaba con carne y frijoles: ¡Las pupusas!

Después de haber surfeado todo el día, comiendo un par de pupusas con mucho picante y una cerveza bien fría, se termina la jornada de forma perfecta como para hacerlo todo de nuevo una vez más.

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