El apoyo del gobierno a las federaciones de surf latinas es escaso

Un análisis de las cifras que surgieron de un relevamiento realizado por DUKE sobre los aportes públicos al deporte en el subcontinente


Desde siempre lo normal fue que el gobierno no apoye en nada al surfing latinoamericano. Pese a que en la región no han parado de surgir talentos que han dado todo tipo de trofeos a todos los países, lamentablemente el deporte en América Latina es fútbol y alguna que otra cosa más.

El boom olímpico y panamericano y algunas buenas gestiones empujaron de forma inevitable a que las secretarías de deportes incluyeran al surf dentro de sus presupuestos. Hace unos pocos días en DUKE publicamos cada peso que recibe anualmente del gobierno cada federación de surf latina.

Me pareció muy poco. Claro que lo que hay ahora es mejor lo que había hace unos años, que como se dijo, era prácticamente nada.

Tal vez con la excepción de Perú, que no solo paga todo a sus atletas sino que está construyendo un centro de alto rendimiento que va a costar ocho millones de dólares y que va a quedar para todas las generaciones que siguen… Haciendo una cuenta fácil, parados en 2018 un surfista puede llegar a Tokio 2020 y a Lima 2019 por medio de ingresar al CT (30.000 dólares en gastos por un año en el tour QS multiplicado por la cantidad de atletas que se piensa puedan llegar), por medio de los World Surfing Games (llevar a un equipo son 50.000 dólares) o yendo al Panamericano de Surf en Lima (20.000 dólares en pasajes).

La suma de solo esto (sin considerar sueldos administrativos ni organización de campeonatos ni otros puntos que generen desarrollo del deporte desde las raíces) ya supera ampliamente el presupuesto de todas las federaciones y sin el apoyo de los patrocinadores privados de los surfers y muchas veces de las familias, la cantidad de atletas y selecciones latinas en el tour y en los mundiales y panamericanos no sería posible.

Hay que colocar entonces a la figura del surfista y su papel como atleta de alto rendimiento representante de un país en un deporte olímpico, un ejemplo para su sociedad, para los niños y jóvenes y preguntarse si esos entre 100.000 y 200.000 que reciben la mayoría de las federaciones “desarrolladas” hacen justicia al nivel y a los resultados de esos surfistas.

A mí me parece que no.

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