El tubo del mes: Luisma Iturria encontrando la salida en lo que él llamó "un gran día de surf"

El lunes pasado en un beach break en algún lugar de la costa de su país; lee el relato del uruguayo


Relato de Luisma Iturria - Presenta Capi Bar 

El lunes fue un día que sorprendió por el mar, yo no me lo esperaba, si bien los pronósticos marcaban olas, pero como el día anterior no hubo un buen mar importante como para tener en cuenta, nadie se esperaba eso.

Estuvimos buscando la ola, hablando con varios amigos que me pasaron reportes de varios lugares y estaba difícil de encontrar el lugar cierto que tenga olas buenazas, ningún reporte era excelente debido a que los bancos no han estado tan buenos, el invierno ha sido medio flojo.

Entonces buscamos, buscamos y al final decidimos ir para el lado de Rocha, donde el viento se soplaba y se iba al Este-Noreste.

Cuando llegamos allá y vimos las condiciones de agua verde, ballenas, el viento offshore despeinando, nadie en el agua y un mar bueno, lindo, intenso, con olas que se daban vuelta para los dos lados, una cancha grande pero tremenda.

Y bueno, con Gustavo Strasser, con Chimpa, no lo pensamos más, agarramos las tablas, corrimos para el agua, Dani Monfort en la cámara y tuvimos una surfeada complicada, porque como te digo, cancha grande, picos por todos lados, estábamos solos y con un poco de corriente.

Pero valía la pena totalmente porque había olas espectaculares que se daban vuelta de una manera impresionante, entraban olas de seis, siete pies de cara, unas derechas intensas, los bancos ahí estaban bien llenos de arena, entonces marcaba una ola y se doblaba, mutaba la ola, la verdad que hubo olas que nos pasó el agua, nos agarró fuera de timing, de forma, de práctica, fue el primer swell importante que entró, ¡y estuvo buenazo!

Vivirlo desde adentro del agua, estar en esa situación, a su vez también me di tremendos palos, revolcones, estuve rato abajo del agua, me agarraron olas que me cayeron en la cabeza, me sacaron la tabla de las manos, me revolcaron, la serie me sacó para afuera, me dejó en la orilla, pero no me detuvo a seguir buscando la buena.

Hubo olas que estaban tremendas y que estaban tan buenas, tan perfectas que las ganas de surf podían más que el cansancio, fueron horas de estar en el agua, de remar y de buscar esa ola épica que te vuela la cabeza, que te metes los tubos y te la gozas, o sea que vale la pena todo, la madrugada, estar sin comer, porque estuvimos horas en el agua, la búsqueda interminable de olas buenas en Uruguay y todo eso, por suerte pudimos encontrar el lugarcito y nos gozamos.

Fue un gran día de surf.

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