El mundo del surfing ha cambiado considerablemente en los últimos 30 años pero se mantiene constante que Hawái, Estados Unidos, Australia y Brasil son las potencias. Al comienzo de las últimas dos décadas los brazucas eran “la nueva potencia” y ahora ya son una “tormenta”.

Varias naciones emergentes pusieron atletas en el CT y de a poco se van solidificando, como Sudáfrica, Francia y Portugal pero las mencionadas en el párrafo anterior siguen y seguirán siendo las potencias.

Por su parte, Japón ha tenido en los mencionados 30 años momentos de lujo, booms del deporte en su país, profesionales y marcas que terminaron patrocinando eventos y atletas fuera del país (el propio Pipe Masters fue durante varios años patrocinados por la marca japonesa Marui, o el mismo Magoo de la Rosa de Perú tenía un sponsor de wetsuits japonés en la misma época).

Pero nunca se han insertado como potencia y siempre aparecieron como amigables nipones cuya vocación por la disciplina y el trabajo duro es admirable pero que no se terminó traduciendo jamás en un título mundial como el que lograron en casa un mes y medio atrás o el trofeo juvenil que levantaron ayer.

Lo logrado por los nipones ayer no es un hecho menor, le ganaron al equipo local que fue armado hasta los dientes, en su propio estadio y en la última serie del día en la que lograron el uno-dos que les daba la victoria.

Hubo una escena bastante sorprendente, cuando el entrevistador, Ben Wei, detiene la nota con el campeón, Keanu Kamiyama y llama a Joe Azuchi, el vice y este, que entra en plano no puede responder las preguntas porque está llorando y procede a cubrirse los ojos con la gorra y quedarse ahí quieto, donde Wei no puede hacer más que abrazarlo.

Si hay algo que deja esa historia es que la determinación por ganar del joven de 17 años (que además fue campeón 2017 en la sub 16), es gigante y la decepción por quedar segundo también (un segundo puesto fundamental, que le dio el trofeo a su país).

Por encima de eso, Japón se convirtió en el primer equipo en ganar los dos mundiales, el abierto y el juvenil en el mismo año desde el 2008, cuando Australia consiguió la victoria en Seignosse, Francia y en Costa de Caparica, Portugal.

Resulta también muy interesante ver el espaldarazo que ha dado el hecho de que los nipones son los primeros en tener surfing olímpico; no es casualidad que el anuncio de Tokio 2020 se haya dado y estos resultados comenzaron a suceder. Según informó DUKE un mes atrás la asociación local recibe 1,2 millones de dólares al año y tiene una organización impecable con 72 clubes y 1200 competidores registrados (400.000 dólares los recibe del comité olímpico).

Resta ahora ver que estos logros se trasladen a la lucha que se da en el circuito mundial. Japón no tiene a ningún japonés nativo en las grandes ligas (Kanoa Igarashi entró al CT siendo estadounidense y una vez ahí, con la ola olímpica cambió de nación).

Lo que sí parece claro es que esta tormenta japonesa vino para quedarse y no es como aquella de los ochentas y los noventa, pero como todo, habrá que esperar para ver.

Naciones campeonas del mundial juvenil de la ISA desde que se separaron las categorías en 2003
2003: Brasil
2004: Australia
2005: Hawái
2006: Australia
2007: Australia
2008: Australia
2009: Australia
2010: Australia
2011: Perú
2012: Hawái
2013: Australia
2014: Hawái
2015: Estados Unidos
2016: Francia
2017: Estados Unidos
2018: Japón

Naciones campeonas del World Surfing Games desde 2003
2003: No hubo
2004: Australia
2005: No hubo
2006: Australia
2008: Australia
2009: Estados Unidos
2010: Perú
2011: Australia
2012: No hubo
2013: Sudáfrica
2014: Perú
2015: Costa Rica
2016: Perú
2017: Francia
2018: Japón