La importancia de los resultados en vivo y como su falta puede empañar incluso un evento con olas épicas

Si el espectáculo de por sí es increíble, lo sería mucho más si por lo menos se sabe quien va ganando y cuánto se necesita para superarlo; sucedió una vez más en el Backdoor Shootout


Disfruté la transmisión del Backdoor Shootout, pero estuve todo el tiempo rogando por información. Supe que el japonés Keito Matsuoka surfeó una de las mejores olas del invierno, que Tyler Newton iba bien, pero la importante implicancia del valor de cada ola surfeada faltó todo el torneo.

En la última serie del día, con el mar soplado y las condiciones empeorando, Koa Rothman se metió un tubazo y recibió 10 puntos. Nadie, ni Kaipo Guerrero, ni Rocky Cannon, los locutores de la transmisión web, supieron decir la relevancia de esa ola; si era suficiente para que pase a primero o no.

Se demoró más de media hora para indicar que el ganador era Tyler Newton. Este tipo de cosas pueden hacer que un evento deje de ser el mejor del año y pase a ser uno más del montón.

Es una tarea pendiente para un campeonato que en realidad ya tiene más de 20 años y que temporada a temporada peca en lo mismo: Falta de estadística y de organización.

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Hasta hace algunos años nos enterábamos del resultado al día siguiente. Y, durante la la transmisión escuchamos a los locutores decir que se sumarían las cuatro mejores olas, luego cinco, luego, finalmente decidieron que serían tres.

El campeonato es un sueño: Se meten a los más cojonudos surfers de Pipe por equipos y solitos de a cuatro (¡qué lujo!) durante cinco días que casi siempre son los mejores de la temporada en la reina de las olas.

Esto no quita el brillo a un evento genial que además resalta el valor del surfer hawaiano y de su hermosa cultura que tanto queda olvidada entre una y otra cosa.

Pero sí deja en evidencia que si así nomás el evento está bueno, con un poco de contenido sería épico.

 

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