La diferencia fue la presencia

Mientras que Medina, Jordy, Toledo y Kolohe vacacionaban en sus casas, Italo arriesgaba el cuerpo en Pipe, y esa fuela clave para la victoria


Distino a lo que hizo Jordy Smith, Kolohe Andino, Gabriel Medina y Filipe Toledo, Italo Ferreira llegó a Hawái más de un mes atrás. Justo para cuando ingresaron algunos de los mejores swells de la temporada, creando uno de los mejores noviembres en Pipe de los últimos años.

No se llevó ni una nominación finalista mensual para la ola del invierno, pero le agarró el gustito a la reina de las olas en los mares más pesados.

Con eso, lo que vino después pareció un paseo en el parque.

Fue una movida inteligente, Pipe no es una ola cualquiera y si quieres ganar el título debes aprender a surfearla. Italo no había conseguido resultados expresivos en la ola e hizo más que bien en llegar más temprano.

Resulta increíble ver a surfers como Filipe Toledo que quieren colocarse en la conversación por un título pero llegan a surfear el Pipe Masters dos días antes de que comience el campeonato. Especialmente cuando sabe que es uno de sus talones de Aquiles.

Así es que llega y pierde temprano.

Resultará extraño no ver a Toledo en el Volcom Pipe Pro, será como una declaración más de que no quiere ser campeón del mundo.

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Cuando las papas quemaron, Medina estuvo ahí e Italo también. Pero la magia del sacrificio brilló más fuerte: Incluso sin salir de un par de olas que eran 10 puntos, Ferreira se hizo con la victoria.

En el 95 Mick Campbell y Danny Wills subestimaron a Pipe, diciendo que era una ola más, y Slater se los comió en dos panes, en el 2019, Italo supo eso que le pasó a Slater y se llevó lo que fue a buscar.

Al igual que hizo Adriano con Jamie O'Brien en 2015, Italo trabajó con Shane Dorian. No es fácil dominar Pipe y el brasileño lo logró, con sacrificio, con cortes, con dolor y con lágrimas, vino la recompensa.

Es un merecido campeón.

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