Las preguntas que la WSL se niega a responder

La falta de seriedad que lleva a esto y el motivo por el cual toma esa postura; el talón de Aquiles de la máxima autoridad del surfing profesional


Molesta profundamente cuando en la WSL suceden cosas que faltan a la seriedad que el manejo de cualquier deporte de elite debe tener. Cuando uno ve que en esa institución se manejan como en, qué decir: ¿Corea del Norte? ¿Venezuela? ¿China? O los tres países juntos.

Hay temas sobre los que al parecer a la Liga Mundial de Surf no se le puede preguntar, o más bien, sí se puede, pero las respuestas nunca llegan, o llegan sin contenido: Antidoping en los torneos, igualdad de género, puntos negros sobre el criterio de clasificación a las Olimpíadas, Jordy Smith expresamente dejándose perder en un QS 10.000, etapas que se cancelan y un gran etcétera…

Yo me pregunto seguido, muy seguido, cuando le escribo a Dave Prodan, vicepresidente senior de Identidad global de la WSL (encargado de prensa en palabras comunes y corrientes), por qué él no contesta nunca, o contesta vagamente al consultarle estos temas…  Distinto a lo que sucede cuando se le escribe a cualquier otro encargado de prensa del planeta. ¿Por qué? ¿Cómo puede ser que sea más fácil contactar al Comité Olímpico Internacional que a la WSL? ¿Por qué no hace su trabajo de atender a la prensa y cuidar “la identidad global”?

La respuesta a todo esto es muy simple; es bastante obvia: La WSL es un negocio. Es una empresa que desea ganar dinero en primer lugar y que coloca los intereses deportivos en un segundo plano.

Sí, chocolate por la noticia, pero es un tema que debe ser tratado.

No es para culparlos que quieran ganar dinero, ¡por supuesto que no! Sin este punto no hay institución que se mantenga. Pero entiendo también que cuando en la ecuación debería entrar el cuidado del deporte y todo lo que esto implica, el dinero no queda bien como único objetivo; por solo dar un ejemplo la WSL fiscaliza unos 100 eventos juveniles anualmente. ¿Cómo queda tener de jefe a alguien que no ha demostrado poner lo deportivo por delante de todo lo demás?

Tal vez es más relevante, y es otra de las consultas que desde DUKE le hemos hecho a la WSL, el tema del antidoping. No solo porque estamos en las puertas de que el surfing sea olímpico, tal vez ni siquiera por eso, sino tan simple como porque es lo correcto. Es tan “lo correcto” que Andy Irons, uno de los héroes más grandes de nuestro deporte, ganó títulos absolutamente drogado y se murió víctima de su adicción.

Unas semanas atrás, el sitio norteamericano The Inertia escribió sobre esto, especialmente sobre si la WSL ha cambiado la política antidoping luego de lo sucedido con Andy, a partir de lo que muestra la película Kissed By God, donde se relata sin ataduras que Irons consumía “junto a muchos otros profesionales” durante los eventos.

El periodista JP Currie consultó a Prodan y una vez más la respuesta fue vaga e inconcluyente: “Desafortunadamente no vamos a comentar sobre esto directamente”. Y le indicó que el antidoping se instituyó en 2011, que anteriormente (40 años de deporte profesional) la ASP intentó pero no tuvo recursos, que la muerte de Irons llevó que se implementaran los testeos y que desde que en 2012 la WSL fue comprada la empresa dueña está comprometida en hacer testeos y finalmente que los testeos son privados y confidenciales. Según indica en el artículo, también intentó localizar a la CEO, Sophie Goldschmidt, quien negó a responder sobre el tema.

Ante la falta de respuestas concretas, el periodista fue a consultar a los surfistas para saber cómo se conducían los testeos, y encontró de todo: Surfers que jamás fueron testeados y surfers que fueron testeados cinco veces. Algo que parece muy poco serio y que sigue la línea de lo que venimos describiendo (cualquier organización seria plantea de antemano cuáles son las reglas para la elección de las personas a las que se le hacen antidoping).

Es claro que la WSL no se toma en serio el antidoping ni las insistentes preguntas que los periodistas les hacemos sobre otros temas que le resultan escabrosos (que se hacen más escabrosos especialmente porque no los responde), y es claro que se toma esa licencia porque es una empresa privada y no tiene que rendirle cuentas a nadie, solo a la billetera y a los fans, claro, que están directamente relacionados con la billetera (véase las repetidas disculpas que ha elevado por el escándalo de Facebook).

Claro que le sirve mantener su integridad, pero mientras que ese balance se mantenga inclinado para su lado, las respuestas y la seriedad van a seguir sin faltando.

Y es algo lamentable que daña al deporte, daña a sus seguidores y daña muy especialmente la imagen de la WSL, pero ellos parece que no se dan cuenta.

Dave Prodan, vicepresidente senior identidad de marca de la WSL, el hombre que no responde las preguntas escabrosas. Foto: WSL/Cestari
La CEO de la WSL, Sophie Goldschmidt, se ha negado a dar declaraciones sobre el procedimiento antidoping que la WSL supuestamente realiza. Foto: WSL/Cestari
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