Ahora los surfistas llegan a ser presidentes

Algunos apuntes personales sobre la asunción de Luis Lacalle Pou que tira abajo años de preconceptos sobre cómo son las personas que les gusta deslizarse en olas


En la foto de portada: Momento de reflexión de Lacalle Pou luego de recibir la banda presidencial ayer en la Plaza Independencia de Montevideo. ¿Estará pensando en las olas? Crédito: Agustín Martínez

Luego de aquella casual entrevista que le hice al presidente electo de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou, recibí de forma sorpresiva una llamada que me daba indicaciones muy específicas y protocolares para retirar mi invitación “especial” para su toma de mando ayer, 1º de marzo de 2020.

Me explicaron que los invitados especiales eran directos del presidente electo. Yo no soy un fanático de estos actos, pero me pareció que debía honrar su deferencia y por ende seguí las instrucciones.

Como periodista de surfing, consideré curioso que la propia profesión que suele acercarme a la playa, me aleje de ella, a un lugar bien distinto y organizado de forma distinta, estructurado y protocolar. También consideré interesante mezclarme con el montón de personas poderosas con los que compartí el rectángulo “especial” de la Plaza Independencia de Montevideo.

Me sentí un poco un outsider, no conocía a casi nadie, creo que fui el único que ahí tenía mate y que bajo los más de 30 grados de calor usaba bermuda (vale decir que no había código de vestimenta en la invitación, que el calor me terminó dando la razón y que quienes estaban de traje sufrieron visiblemente).

Delante nuestro estaba el presidente Bolsonaro de Brasil, Piñera de Chile y Duque de Colombia, entre una centena de dignatarios de todo el mundo. Prensa de todos lados cubrió el evento, hubo desfiles militares, orquestas, bailes y caballos y un montón de otros detalles.

Y todo fue por un surfista. Inmiscuido en tan multitudinario acto, en el medio de tanta gente importante, de tantos sucesos tan trascendentes, yo me detuve a pensar que ese que era el gran protagonista y que dirigirá los intereses de Uruguay los próximos cinco años, era antes que nada y primero que todo, un surfista.

Cansado de los preconceptos de los que fuimos víctimas, de vagabundos, de macoñeros, de irresponsables, y de un montón de cosas más, eso fue lo que sentí desde mi humilde lugar en el magno evento.

Así como hay surfers que son CEOs, PhDs, millonarios, realeza y etcétera; ahora hay uno que es presidente. Y ojo, también hay vagabundos, ladrones, drogadictos y todo lo demás; es decir que, ya no se puede generalizar sobre el surfista; los hay de todos los colores.

Ahora, aquella vecina del Barrio Obrero de La Paloma, Rocha, Uruguay, como aquella de Aguadilla, Puerto Rico, o la otra de La Guaira, Venezuela, puede soñar con que su hijo, que es surfista, llegue a presidente.

Y, es verdad, llegar a ser presidente es mitad del camino; la otra mitad es lograr que un país funcione mejor. Y esa es ahora la ola que tendrá que surfear Luis Lacalle Pou, muy lejana a las olas de verdad.

Pese a que dijo que surfeará durante su mandato, los tubos de El Salvador estarán un poco más lejos para Luis Lacalle Pou durante los cinco años que comenzaron ayer. Foto de su archivo personal.
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