Escribe: Carlos Brenes. Presenta: International Surfing Association y Tubos Surf School 

100 historias han salido a la luz pública previo y durante los ISA World Surfing Games presentados por Vans que se corren en este momento en Japón.

Kelly está aquí por la lesión de John John, a Ítalo le robaron su pasaporte y por tanto llegó hasta 11 minutos tarde a su heat (¡para no creer!), entre 98 historias más.

Pero el Japón que es un país lleno de cultura, creencias e historia, le regaló la suya a la ahora tricampeona Campeona Mundial, Sofía Mulanovich.

Según las propias palabras de la "chatita", a su entrada al heat final, donde enfrentaba a Carissa, Bianca y a Silvana, se encontró con una pequeña y legítima estatuilla japonesa en la arena.

Justo cuando la dirección del evento dio luz verde para el ingreso de las finalistas, 'Sofi' juntó lo que parecía una pieza de plástico más que retirar del mar, pero no, estatuilla (ver foto), y, con su mano izquierda, el dedo índice, apuntado hacia arriba, en señal de, sí, el número uno.

Esto a cinco minutos de su heat.

- "¡Gabriel!", exclamó Sofía, hablándole a su coach, Aramburú que acompaña a la selección peruana en todos sus eventos. "Guardame esto por favor, que no se te pierda", le dijo.

El heat empezó con normalidad, pero la contundencia de Sofía se pronunció en la final con su primera mejor ola de 6.60.

Pero como si las historias y/o eventualidades antes mencionadas no fueran suficientes, Sofía, quien figuraba primera en el heat, olvidó hacer el nudo al cordón de su leash y tras la "novatada" como ella misma lo describe, perdió su tabla que fue a parar hasta la orilla.

En ese vaivén, Sofi gastó casi cinco minutos para volverse a posicionar en el lineup, después de entrar y salir, recuperar la prioridad y, como lo indicaba la estatuilla japonesa con uno de sus dedos, asegurar más el primer lugar con su nueva y mejor puntuada ola de 7.20.

Bianca incluso metió la ola más alta de la final. Carissa para llegar a esa final tuvo que surfear 10 heats y Silvana, ese día, no pudo mandar más mensajes del por qué se proponía como favorita en sus rondas previas.

Pero Sofía tenía algo en sus manos.

Si fue un llamado divino o no, una superstición o no, o solo algo que le recordó quién fue ella por allá del 2004, es lo de menos porque ahora la peruana envió un serio mensaje, 15 años después de su último título mundial de la ISA.